El pasado lunes, 16 de enero, Francisco Fernández, director del Centro LGTBI+ de Vigo, se encontraba ultimando el cierre del local, ubicado en la calle Hernán Cortés, tras otro día de trabajo. Corrían las 23:00 horas y un único cliente, un habitual del bar, apuraba el café. Fue entonces cuando entró un hombre desconocido a pedir dinero. "Le dije tranquilamente que, por favor, no pidiera dentro del bar. Se quedó mirando el interior del local y después se fue", relata Fernández.
Hasta ahí resultaría un relato típico de una jornada en hostelería. A los cinco minutos, el mismo varón regresó al local y comenzó a insultar al gerente desde la puerta al grito de "maricón". El responsable del Centro LGTBI+ (lugar que ejerce como bar y sede de la asociación Pvlse y el Observatorio de la Lgtbifobia), resignado, se asomó para pedirle que se fuera. Entonces, el individuo lo agredió.
"Antes de decirle que se largase, según me asomé, empezó a hostias y a patadas conmigo. No lo vi venir", explica Francisco Fernández, "Lo último que te esperas es que te ataquen con esa violencia". Rápidamente se zafó de los golpes y cerró la puerta del bar , pero el agresor continuó golpeando el cristal e increpándole a gritos: "Me dijo que no le importaba ir a la cárcel si mataba a un maricón".
Esas palabras atravesaron a Fernández, que llamó a la policía de inmediato. La denuncia por delito de odio ya está interpuesta y aunque todavía tiene el cuerpo dolorido por los golpes, el daño psicológico ha sido el más grave: "Lo peor de todo es lo que te remueve por dentro. Salí hace más de 20 años del armario en el entorno rural y fue muy duro, pensaba que todo eso estaba más que superado".
A pesar del suceso del lunes, el director del centro es firme: "Miedo no le tengo ni le tenemos a nada. He sufrido una agresión, pero me niego a victimizarme. Somos un colectivo fuerte, lo que estamos es hartos de tantas agresiones y tantos mensajes de odio". De hecho, Francisco insiste en que le da "más fuerza para sacar más proyectos adelante", ya que "aún quedan muchas cosas por cambiar".
Aumento de las agresiones en la ciudad
No es el primer hecho discriminatorio que sufren en el Observatorio LGTBI+ en el escaso año que llevan abiertos. Las banderas del Orgullo que decoran la fachada ya han sido robadas hasta en cinco ocasiones, cuenta Fernández. También han recibido insultos. Sin embargo, la línea de la agresión física todavía no se había sobrepasado en las instalaciones.
En el local de la calle Hernán Cortés se llevan a cabo múltiples actividades para las personas LGTBI, desde grupos de apoyo a talleres, charlas o espectáculos. Además, se ubican allí las oficinas de la asociación Pvlse y se desarrolla el Observatorio contra la Lgtbifobia. Es por eso que, aunque la noticia duela, no resulta una novedad para ellos que algo así suceda en la ciudad.
"Notamos que hay un incremento de agresiones y odio en Vigo contra las personas del colectivo. En estos dos últimos años, desde que salimos del confinamiento, está habiendo más insultos y más agresiones; sobre todo contra las personas trans", expone el director del Centro.
Fernández explica que en grupos de apoyo de personas trans, que se reúnen en el Centro, se comparten multitud de testimonios de gente que inicia su transición de género y "solo pasar por la zona del Arenal les da pánico". Esto constata que diversos espacios de la ciudad olívica distan de ser seguros para el colectivo: "La mayoría de la ciudadanía no es consciente porque no le afecta directamente, pero es la realidad para muchas personas".
Uno de los factores que determinan la violencia que sufren las personas del colectivo es que muchas agresiones no se denuncian. Francisco Fernández anima a que sí se haga, para que se visibilice el problema. Así las cosas, desde el Centro Lgtbi+ propondrán al Concello de Vigo un programa de formación dirigido a la Policía Local para saber cómo actuar ante delitos de odio.