El jurado popular ha declarado culpable a José Luis Abet, autor confeso del asesinato a tiros de su exmujer, su excuñada y su exsuegra delante de sus hijos de 4 y 7 años en Valga (Pontevedra). El juicio, que se ha celebrado durante la última semana en la Audiencia Provincial de Pontevedra, terminaba hoy con la deliberación del jurado, tras lo que el tribunal dictaminará la condena.

El inicio de la deliberación arrancaba poco después de las 16:00 horas de este martes, después de una mañana que las partes han dedicado a consensuar el objeto del veredicto sobre el que tendrán que pronunciarse. Abet está acusado de tres delitos de asesinato, un delito de tenencia ilícita de armas y dos delitos de lesiones psíquicas graves, pues sus hijos menores de edad presenciaron los crímenes. Precisamente por esto, el juicio se ha celebrado a puerta cerrada, como medida de protección hacia los niños.

A lo largo de la pasada semana, en la Audiencia de Pontevedra han prestado declaración 21 testigos y 17 guardias civiles, así como técnicos periciales de las áreas de psicología, medicina forense, balística o expertos del departamento de Química de la Guardia Civil. El hijo mayor de la víctima y el acusado también estaba llamado a declarar, aunque finalmente no lo hizo con el fin de preservar su intimidad.

En la última jornada del juicio, en la que debían presentarse los informes finales de las partes, el acusado de los tres crímenes cometidos en el municipio pontevedrés de Valga ha pedido perdón a las familias de las víctimas y a sus hijos.

Según fuentes judiciales consultadas por Europa Press, tanto Fiscalía como las acusaciones han reiterado su petición de que el acusado sea condenado a prisión permanente revisable y han coincidido en que la forma en la que procedió el autor confeso del triple crimen no ampara la aplicación de la atenuante pedida por su defensa (atenuante analógica de confesión tardía).

Si esta condena se hiciese efectiva, José Luis Abet se convertiría en la quinta persona condenada en Galicia a prisión permanente revisable. Desde su aprobación en 2017 y hasta hoy, esta condena se ha impuesto a David Oubel, conocido como el parricida de Moraña; a Marcos Javier Miras, el parricida del Día de la Madre; a José Enrique Abuín, ‘El Chicle’, por el asesinato de Diana Quer; y a Santiago Cepeda, que asesinó a su sobrino de 3 años en Santiago. También se había condenado a prisión permanente revisable a Ana Sandamil por haber asesinado a su hija Desirée Leal en Muimenta (Lugo), aunque el TSXG anuló el juicio y ha tenido que volver a celebrarse, declarando de nuevo culpable a la acusada, para la que todavía no se ha dictado sentencia.

Asesinatos

El escrito de Fiscalía recoge que los hechos ocurrieron poco antes de las 8:00 horas del 16 de septiembre de 2019, cuando José Luis Abet se dirigió a casa de su exmujer sabiendo que a esa hora ella abandonaba la vivienda en coche en compañía de sus dos hijos en común, de siete y cuatro años. Con él llevaba un arma corta con el número de identificación borrado.

Para sorprender a su exmujer, y "evitar que huyera", el acusado colocó su vehículo delante de la puerta del garaje y esperó de pie a que se abriera para después situarse a la altura de la ventanilla del conductor y dispararle en la cabeza con el arma, que llevaba oculta en la espalda. Después del primer disparo en la cara, la tiroteó dos veces más en el cuello y otra en el pecho, mientras sus hijos estaban en los asientos traseros.

Cuando abandonaba el lugar del crimen en su vehículo, el acusado se cruzó con un coche en el que se dirigían hacia la vivienda la madre y la hermana de la víctima, que habían sido alertadas por vecinos y por una llamada de la propia mujer.

"En ese momento, el investigado decide también acabar con la vida de ambas, razón por la que cambió el sentido de la marcha y las persiguió hasta llegar a la casa", prosigue el escrito. Una vez allí, el procesado disparó en cuatro ocasiones contra la madre de su exmujer y en tres contra su hermana, acabando con su vida en el acto. Estos asesinatos también fueron presenciados por los dos hijos del hombre, a los que dijo que esperasen en el lugar hasta que llegase la Guardia Civil.