Según ha dado a conocer el equipo multidisciplinar que ha coordinado los trabajos de memoria democrática en la fosa de Celanova (Ourense), dos de los restos encontrados corresponden a Marcelino Fernández García y Abelardo Suárez del Busto, dos jóvenes asturianos fusilados el 22 de septiembre de 1939 en el cementerio de la localidad ourensana por una unidad militar falangista.
Como ha informado Europa Press, los trabajos han participado la historiadora del Grupo Histagra de la USC y responsable de documentación de la fosa, Concepción López; el antropólogo forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia Fernando Serrulla; el arqueólogo responsable de Tempos Arqueólogos (empresa que ejecutó la excavación), Mario César Vila; y la investigadora del Laboratorio de Genética del Instituto de Ciencias Forenses Luis Concheiro de la USC, Ana Mosquera.
El trabajo documental y la labor histórica que se ha llevado a cabo para hacer posible este encuentro fue la primera fase del proyecto. Con ella se llegó a la conclusión de que la fosa estaba situada enfrente de un panteón de piedra con un nombre concreto en la villa de Celanova donde se encontraron los cuerpos.
Tras esa primera fase, Mario César Vila y su empresa han sido los encargados de realizar la exhumación de los restos en colaboración con el equipo forense, un trabajo que se inició en noviembre del 2022 y del que Vila ha destacado que "la ubicación coincidía con todas las referencias, por lo que fue un éxito".
De la fosa de Celanova, ubicada en el Cementerio Municipal, se exhumaron nueve cuerpos: siete pertenecían a la investigación y dos aparecieron como consecuencia de enterramientos posteriores.
Hasta el momento tan solo dos de los siete cuerpos han sido identificados, los catalogados como "individuo 3" e "individuo 9", los que pertenecen a Abelardo Suárez del Busto y Marcelino Fernández García, dos de los siete fusilados que fueron aprendidos en octubre de 1937 cuando huían en barco tras la caída de Gijón.
Para que esta identificación fuese posible ha intervenido el laboratorio de genética del Instituto de Ciencias Forenses Luis Concheiro, hasta allí llegaron las muestras de ADN con las que contaba el equipo: la de la nieta de Abelardo Suárez y la de la hija de Marcelino Fernández.
El parentesco tan próximo arrojó un resultado que no dejaba lugar a dudas. "Fueron muy positivos y muy buenos ya que en el primer análisis ya vimos la coincidencia de los perfiles genéticos", ha sostenido Ana Mosquera, trasladando que la probabilidad de compatibilidad en el caso de padre e hija fue del 99,99% y en el de abuelo y nieta del 99,997%.
Aún no ha sido acordada una fecha de entrega de los huesos de Marcelino Fernández y Abelardo a sus familiares, pero se prevé que se lleve a cabo a finales del mes de mayo.
Además, todo el trabajo del equipo está siendo plasmado en un libro que va a editar la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, que podría estar editado a principios de junio, por lo que el equipo multidisciplinar no descarta realizar la presentación del libro a la vez que la entrega de los restos a las familias, aunque está pendiente de la coordinación tanto con el Ayuntamiento de Celanova como con las familias en Asturias.
Lugar de memoria
Los restos que no han podido ser identificados por el momento quedarán custodiados en la Unidad de Medicina Forense del Imelga, si no se llega a identificar ninguno más, de acuerdo con la Ley de Memoria Histórica del 2017, deberán devolverse al cementerio del que salieron o al de la localidad más cercana.
"Vamos a trabajar con el Ayuntamiento para que nos ceda un nicho hasta que se elabore un lugar de memoria, un monolito, donde creo que deberían permanecer", ha sostenido el antropólogo forense.
Asimismo, ha recordado que el lugar de la fosa, el Comité de Memoria Histórica de Celanova, de acuerdo con la Ley de Memoria Democrática, va a promover la declaración de "Lugar de Memoria" para que "se conserve de una forma especial".
Así, ha destacado que la importancia de la recuperación de esta memoria "va más allá de recuperar el pasado para saber qué pasó". Se trata también de "darle a estas personas y sus familias su reconocimiento" y "es también una cuestión de Estado y así se está tratando", ha subrayado para añadir la relevancia de la divulgación de asociaciones, medios y entidades "para llegar a las nuevas generaciones y que no caiga en el olvido lo que pasó en España".
Por su parte, el antropólogo forense Fernando Serrulla ha querido resaltar que detrás de esto "no hay ideología, hay dignidad y Derechos Humanos". "Gran parte de lo que pasó no se conoce porque hay un 80% republicanos que están en cunetas. No hablamos de abrir heridas sino de cerrarlas para muchas familias", ha sostenido para añadir que, en el caso de la fosa de Celanova, "Josefina llevaba mucho tiempo buscando a su padre y ahora tendrá donde poner unas flores".