Un joven zamorano está a punto de recurrir a los tribunales para acceder a una conciliación familiar que, entienden él y sus superiores directos, debería otorgársele por derecho. Con 30 años, este sargento cumple doce cuidando de su madre, dependiente física severa y con una discapacidad intelectual del 66%, que vive ingresada en una residencia para discapacitados en Zamora, su ciudad natal.

Hace poco menos de nueve meses fue destinado a la Brilat de Pontevedra, a casi cuatrocientos kilómetros de su madre, contando con que su abuelo podía hacerse cargo de las visitas semanales que necesita la enferma para su estabilidad mental. Sin embargo, a sus 85 años, el abuelo del joven sargento ha tenido un bajón físico importante y se le hace difícil ir a visitar a María Ángeles, Nines, como la conoce el personal de la residencia.

Por todas estas razones, el sargento solicitó al Ejército de Tierra que se le concediese una plaza en Salamanca, a algo más de 60 kilómetros de donde vive su madre. Esta conciliación le fue denegada porque el Mando de Personal (Maper) considera que "no se necesita la concurrencia constante del solicitante en la vida de María Ángeles", es decir, que el hijo no debe estar presente en la vida de la madre para que ésta pueda estar bien.

Sin embargo, el joven ha presentado diversos informes psiquiátricos en los que se indica que sí es necesaria su presencia para la estabilidad mental de Nines, por lo que no entiende por qué le ha sido denegada una medida que considera esencial.

El complicado azar de los destinos

A pesar de que fue destinado forzoso a Pontevedra el pasado verano, explica, no puede esperar a que salgan destinos de nuevo en julio, puesto que no sabe si habrá alguna vacante que pueda solicitar y aun menos si se la concederán. En julio, cuando se publiquen las vacantes a las que puede aspirar, debe confiar en que haya plazas de su especialidad en algún lugar cercano a Zamora y que nadie con más puntos que él la solicite.

Por ello, aconsejado por sus superiores directos, inició el proceso de solicitud de una plaza de conciliación familiar, que le permitiría estar más cerca de su madre. No obstante, tras la negativa del Maper, ha continuado el conducto ordinario y recurrirá esta decisión ante el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME). En caso de que él también se lo deniegue, explica, tendrá que abrir un proceso judicial por la vía contencioso-administrativa, todo ello demorando todavía más la posibilidad de visitar a su madre dependiente a diario.