Tras difuminarse el mes de marzo como fecha para la llegada de los trenes Avril a Galicia -tal y como se había prometido inicialmente desde el Ministerio de Transportes- el titular de la cartera, Óscar Puente, ha evitado comprometerse aproximando plazos y a la espera de que el fabricante, Talgo, termine las pruebas de los convoyes y los entregue al Gobierno.
El ministro ha querido compartir la esperanza del Ejecutivo central de tener "pronto" noticias positivas de la compañía, después de más de dos años de espera: "Ojalá el retraso sea lo más corto posible, nuestra prioridad ahora es que Talgo culmine las pruebas con éxito y podamos ponerlos en servicio".
Los nuevos trenes permitirán viajar en AVE mucho más allá de Ourense, en Galicia, y de Pola de Lena, en Asturias. En este sentido, los Avril cuentan con la posibilidad de cambiar el ancho de vía y de ajustarse a la red gallega y asturiana.
Las dos autonomías están poniendo encima de la mesa la posibilidad de obtener compensaciones por parte del Estado, ya que la fecha inicial prevista era verano de 2022 y, recientemente, el ministro se comprometió a que estarían en servicio antes del 31 de marzo, una fecha ahora difícil de cumplir.
Puente, que recalcó que su prioridad es que Talgo cumpla sus compromisos -que actualmente apuntan al primer cuatrimestre del año- no descartó las compensaciones. Además, la indemnización solicitada por Renfe a Talgo asciende a 116 millones de euros por este retraso, aunque la empresa no cree que este pago se llegue a materializar, toda vez que esa reclamación no se ha formalizado todavía.