El odio en las redes sociales parece estar más que normalizado, sobre todo, cuando va dirigido a personas con un número notable de seguidores. Las figuras públicas de Internet, bien sean cantantes, actores o creadores de contenido, se exponen a recibir comentarios que van más allá de la crítica constructiva y que alcanzan incluso el estatus de amenazas contra su integridad física.
Un ejemplo reciente es el de la gallega Andrea Romero, más conocida en redes como Andrea Finanzas o Andrea Economía, quien se dedica a la divulgación de temas financieros en Instagram y X (en la primera plataforma, desde hace medio año, donde acumula 39.900 seguidores, y en el antiguo Twitter desde hace menos tiempo, aunque ya cuenta con 25.000).
Hace unos días, la joven economista, natural de Cambados (Pontevedra), estallaba contra el odio que recibe en su perfil, con mensajes como "Con qué gusto te colgaba boca abajo en la plaza del pueblo" y otras amenazas. Romero advirtió a su comunidad de que sacaría captura de pantalla a todo este tipo de comentarios y se ha planteado emprender acciones legales, aunque finalmente ha desistido.
"La razón es que si tuviera que denunciar a todos los que día a día exhiben odio y acoso en la plataforma X, terminaría dedicando todo mi tiempo, energía y salud a presentar denuncias contra cuentas anónimas que lo único que esconden detrás son personas infelices y llenas de odio", explica a este medio Andrea, que reconoce que "ni tan siquiera" se toma "la molestia" de bloquear a nadie. "Es su odio, no el mío, por ende, no puede afectarme".
Además, afirma que "en cuanto citas cualquier post de ellos diciendo que les vas a denunciar, al instante te bloquean, se cierran la cuenta y desaparecen". "Imagino que tienen demasiado tiempo libre, mala señal", agrega.
"Las redes son parte de mi trabajo"
Andrea Romero ha propicio arduos debates en X (antes Twitter) con varias de sus publicaciones sobre temas de economía y finanzas. "Hace unos días me decían comentarios del estilo ‘con qué gusto te colgaba bocabajo en la plaza del pueblo’ o ‘¿cuándo te vas a morir?‘ simplemente por decir algo tan básico como que uno de los mayores errores que cometen muchos inversores al buscar propiedades para invertir es imaginarse viviendo allí", cuenta.
Para la economista, la constatación de "la envidia y la maldad" que se respira en la plataforma de Elon Musk fue el suceso del submarino turístico del Titanic, propiedad de la empresa OceanGate, en el que murieron cinco personas: "Cinco personas estaban a 5.000 metros de profundidad en el océano, pensando en que las quedaban unas horas para morir de la peor forma posible, y la gente se dedicó a hacer memes solo porque eran millonarios. Llegaron a decirme que yo debería haber estado allí con ellos".
A pesar de todo, Romero descarta tomar medidas contra los haters, como sería, por ejemplo, ponerse el perfil privado o restringir las respuestas a sus publicaciones. "Eso implica no poder llegar al mayor número de personas posible y lo que busco es acercar conocimiento de valor a la sociedad; que sobre todo los jóvenes abran los ojos e inculcar la cultura del trabajo y el esfuerzo", sostiene.
"Las redes son parte de mi trabajo. Gente infeliz y llena de odio nos vamos a encontrar siempre, pero vale la pena seguir adelante por la gran cantidad de personas maravillosas que me apoyan, que son muchísimas más", concluye la gallega, "Seguiré haciendo lo que hago, divulgando educación financiera y actualidad, diciendo verdades como puños, sin que nada ni nadie me frene. Pero es cierto que, a mi madre, por ejemplo, este tipo de comentarios sí le duelen".