La Comisión de Urbanismo acaba de dar luz verde por unanimidad al proyecto que promueve la construcción del primer edificio de "cohousing" o vivienda colaborativa en Sanxenxo. Este espacio residencial contará con hasta 69 apartamentos, 83 plazas de aparcamiento y otras zonas de uso común que se repartirán en una parcela de más de 9.500 metros cuadrados en el entorno de Forxán, en Adina. La promotora Galca, Solucións Habitacionais, S.L.U tendrá que presentar ahora el proyecto definitivo para la obtención de la licencia de construcción que permitirá iniciar las obras, cuyo coste total supera los 5 millones de euros.
Los cohousings o viviendas colaborativas representan un modelo de organización del modo de vida y de vivienda, pionero en la comarca do Salnés y muy popular en los países nórdicos o Estados Unidos. Este modelo autosuficiente basado en la convivencia solidaria busca favorecer ―sin llegar a perder la privacidad en el domicilio― tanto la cooperación entre vecinos como el uso responsable de los recursos naturales y energéticos dentro del espacio residencial.
Detalles del proyecto en Sanxenxo
El complejo de alojamientos previsto para el entorno de Forxán será un bloque en forma de T compuesto de varias plantas y un espacio subterráneo destinado a aparcamientos, trasteros e instalaciones generales del edificio. El acceso al espacio residencial coincidirá con la planta baja de los bloques, donde se emplazarán hasta 26 apartamentos. La primera planta por su parte contará con una treintena de pisos, mientras los otros 10 espacios de uso residencial se ubicarán en la planta baja cubierta.
Las habitaciones de estas viviendas colaborativas en Sanxenxo se organizarán en torno a una secuencia lineal de zonas de servicio distribuidas hacia el pasillo interior, seguidas de espacios como habitaciones y salas de estar ubicadas hacia las fachadas este u oeste. En esta distribución, las plantas bajas serán ocupadas por terrazas, mientras las plantas superiores contarán con balcones para disfrute privado de los residentes.
En lo que respecta a las zonas comunes, el cohousing dispondrá de varias estancias para uso general de los residentes, tales como cocina con comedor público, salón, sala de usos múltiples, zona de spa y enfermería. Además, el proyecto también comprende una zona de habitaciones de atención personalizada para personas dependientes. Los promotores del futuro complejo sanxenxino destacan que los criterios de diseño y construcción aplicados a toda la urbanización tendrán en cuenta "la supresión de barreras arquitectónicas" e inciden en el hecho de que dicho proyecto permite la "privacidad del residente y facilita la convivencia".
Cohousing: ¿qué es y cuáles son sus ventajas?
El término cohousing proviene del inglés y significa, en su sentido más literal: covivienda. Estas viviendas colaborativas representan una modalidad residencial en la que, respetando la individualidad de cada núcleo familiar, se comparten espacios como áreas de descanso, recreativas o de otras características. Es definitiva, una comunidad cohesionada en su manera de entender la relación directa entre la vida privada y la vida común. Este concepto moderno surge en Dinamarca alrededor de los años 60 o 70, expandiéndose posteriormente a otros países del norte de Europa e incluso Estados Unidos. Además, cabe destacar que estas viviendas colaborativas son unas de las alternativas a las residencias de mayores que más relevancia están adquiriendo en los últimos años entre la población senior.
Una de las principales ventajas de los cohousing es el impacto que generan a nivel social, ya que la vida en comunidad de estos espacios residenciales fomenta las relaciones sociales ―evitando el aislamiento social― y la creación de redes de apoyo, provocando una mejoraría en factores como la calidad de vida o la sensación general de seguridad. Por lo general se trata de viviendas mucho más sostenibles en cuanto a eficiencia energética o aprovechamiento de residuos se refiere; y cuyos precios también resultan más asequibles debido al ahorro derivado de la división de gastos en las diferentes cuestiones colectivas. Este modelo solidario conlleva asimismo un grado de implicación de los residentes muy superior al tradicional, por lo que otra de las características clave de estas viviendas colaborativas radica en la posibilidad de autogestión y personalización por parte de la comunidad.