Medio centenar de jóvenes migrantes llegados desde las Islas Canarias construyen poco a poco su nueva vida en Sanxenxo (Pontevedra). Entre clases de español, actividades deportivas y llamadas telefónicas con sus familiares, algunos de ellos han compartido con Europa Press algunos detalles de cómo fue el viaje para llegar a España. "Pasé mucho miedo", cuenta Abdoulaye Diop, senegalés de 28 años.

Diop trabajaba en Senegal en una fábrica de pescado, pero "quería algo mejor", por lo que decidió emigrar. La travesía marítima duró más de siete días, en los que el temor se incrementaba por las noches, cuando soplaba "mucho viento" y las olas arrastraban la embarcación. No conocía a nadie a bordo. El joven explica que pagó 400.000 francos senegaleses, que son casi 610 euros, por el viaje.

En ese barco conoció a Botame Diol, de 26 años. Diol es agricultor y también trabajaba como conductor de camiones en Senegal. Preguntado sobre porqué decidió emigrar ha explicado que "tuvo un problema en el trabajo". Ambos jóvenes son ahora uña y carne, ya que a diferencia de otros de los migrantes acogidos en Sanxenxo, ellos no tienen familia en España, aunque se mantienen comunicados a diario por teléfono.