SANTIAGO DE COMPOSTELA, 2 Mar. (EUROPA PRESS) –

La Agrupación Europea de Cooperación Territorial, AECT Río Minho, ha creado un registro de personas afectadas por el cierre de la frontera entre el sur de Galicia y el norte de Portugal con el objetivo de explorar la tramitación de posibles indemnizaciones.

La Diputación de Pontevedra señaló que en las primeras horas de su puesta en marcha ya se habían recibido una docena de reclamaciones.

El formulario está colgado en la página web ‘smartminho.eu’ y permite que cada persona aporte sus datos y señale el tipo de perjuicio sufrido por el cierre de la frontera, desde pérdidas de tiempo a aumento de costes de viaje o reducción de la clientela del otro margen.

"Sabemos que hay muchas personas afectadas y hasta el momento se dirigían a sus ayuntamientos, a las administraciones más cercanas, para quejarse y saber cómo actuar", ha explicado el diputado provincial y vicedirector de la AECT, Uxío Benitez, que ha apuntado que el objetivo es "centralizar" las quejas de cara a futuras reclamaciones, pues entienden que el Miño "debe ser compensado económicamente por la decisión de los estados de cerrar la frontera y dejar solo un paso".

Información sobre los perjuicios sufridos

Así las cosas, los interesados deberán aportar sus datos personales, aclarar si son particulares, empresas o autónomos, señalar el sector en el trabajan y el número de viajes que deben realizar entre ambos lados de la frontera, así como los kilómetros que recorren con ella abierta y cerrada.

La iniciativa también pretende recabar información sobre los prejuicios sufridos por los reclamantes, como la obligatoriedad de recorrer más distancia y pasar más tiempo en la carretera por el cierre de la frontera, el coste económico que esto supone o la reducción de clientes por el cierre del paso.

Según un estudio elaborado por el profesor Xavier Cobas de la Universidad de Vigo, el impacto económico del cierre de la frontera se cifra en más de 92 millones en pérdidas en los sectores de la hostelería y el comercio durante el primer confinamiento de la primavera de 2020.