El pasado miércoles el conselleiro afirmaba que la falta de médicos en centros de salud como el de A Guarda, en Pontevedra, se debe a que los facultativos "rechazan contratos de hasta 60.000 euros". En este centro en concreto, hay cinco plazas de medicina de familia sin cubrir de las ocho totales, por lo que en el último Consello, García Comesaña se vio obligado a asegurar que tres plazas se cubrirían próximamente.
No obstante, los sindicatos han querido responder a esa dura afirmación, que menoscaba a los facultativos. La CIG asegura en un comunicado que los contratos de continuidad "están asociados a una zona de trabajo, a uno o más concellos, con guardias obligatorias ligadas al contrato". El inconveniente de estos contratos, afirman, es que "provocan falta de continuidad asistencial: se puede estar en varios centros distintos atendiendo distintos cupos cada 15 días".
Asimismo, según la Orden del 8 de febrero de 2021, publicada en el DOG del 15 de ese mismo mes, el salario de un médico recién incorporado, en su jornada ordinaria, "está en torno a los 42.000 euros brutos, con 14 pagas". Por eso afean el comentario del conselleiro cuando se refiere a A Guarda como "destino poco valorado", pues se debe a la precariedad en las condiciones de trabajo de la zona, según el sindicato.