VIGO, 6 May. (EUROPA PRESS) –

El hombre acusado de hacerse pasar por administrador de banca electrónica y de estafar más de 57.000 euros a varias personas y empresas, que ha sido juzgado este viernes en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra (con sede en Vigo), ha reivindicado su inocencia y ha alegado que él solo trabajó para ese banco como informático.

La vista se ha celebrado en los juzgados de la ciudad olívica, aunque el procesado ha declarado por videoconferencia, ya que se encuentra en prisión provisional en Badajoz. De hecho, el acusado estuvo en busca y captura hasta hace pocos meses, y fue detenido e ingresado en la cárcel por orden judicial, hasta la celebración de este juicio.

Según ha declarado, él no participó en ninguna estafa, sino que fue contratado por una entidad financiera, supuestamente domiciliada en Londres, para realizar trabajos informáticos relacionados con la creación de una página web y de una plataforma de pago. Cuestionado acerca de por qué los perjudicados ingresaron su dinero en una cuenta de la que él era titular, el acusado argumentó que abrió esa cuenta por petición del banco que le había contratado y que, cuando retiraba el dinero, se lo entregaba en la puerta de la entidad financiera a dos personas que serían empleados de ese supuesto banco londinense.

La vista celebrada este viernes en Vigo concluyó pasadas las 14:30 horas, y el tribunal ha emplazado a las partes a una nueva vista que se celebrará el 18 de mayo, para la presentación de conclusiones e informes finales. La Fiscalía, que pedía 4 años y medio de cárcel por un delito continuado de estafa agravada, modificará sus conclusiones para aplicar al acusado la atenuante de dilaciones indebidas, y reducirá su petición de pena.

Hechos

Según se recoge en el escrito de acusación pública, los hechos ocurrieron a principios de verano de 2015, cuando el acusado logró convencer al gerente de una sociedad domiciliada en Vigo para que intermediase ante varios de sus clientes, y contratase con esa entidad ficticia unos créditos.

El gerente de la empresa, desconocedor de la estafa, logró que dos de sus clientes contrataran esos productos. Así, uno de ellos formalizó la petición de un préstamo de 300.000 euros, y el otro un préstamo de 4,5 millones de euros.

Para cerrar el contrato, los clientes debían previamente pagar ciertas cantidades de dinero en concepto de seguro de devolución del préstamo. De este modo, uno de los clientes pagó 17.882 euros, pero nunca obtuvo el dinero del préstamo ni recuperó la cantidad que había pagado como supuesto seguro.

El otro cliente pagó 35.935 euros y tampoco recibió el crédito ni recuperó su dinero. De hecho, también resultó perjudicado al intentar cobrar un cheque del presunto estafador, ya que la entidad bancaria le cobró 1.500 euros por gastos. Además de estos dos perjudicados, el acusado también estafó presuntamente a otra persona, de la que obtuvo de forma fraudulenta 3.300 euros.