El uso seguro de las nuevas tecnologías y de internet por parte de niños y jóvenes es una de las grandes preocupaciones de los padres y de los centros escolares. La ciberdelincuencia ha aumentado considerablemente en los últimos años y la formación para un buen uso de los dispositivos es clave sobre todo entre la población más jóven y también más vulnerable en algunos aspectos.

El municipio pontevedrés de Redondela ha acogido hoy un encuentro con 267 jóvenes a los que, tras superar un curso de formación en materia de ciberseguridad a cargo de la Policía Nacional, se les ha hecho entrega del carné de ciberexperto. Con esta iniciativa, impulsada por la subdelegación del Gobierno en Pontevedra y las fuerzas y cuerpos de seguridad, se trata de concienciar a los jóvenes en aspectos como el ciberacoso, la suplantación de identidad, el grooming, el sexting o las tecnoadicciones.

La subdelegada del Gobierno en Pontevedra felicitó al alumnado por la superación de este curso y reconoció la labor que realiza la Policía Nacional para formar en seguridad en el uso de internet. Además, recalcó a los estudiantes la importancia de conocer los riesgos que implica el uso de estas tecnologías y de informar a sus padres, a la escuela o a la Policía cuando detecten algún peligro. Maica Larriba estuvo acompañada en el evento por el jefe superior de Policía de Galicia, Ramón Gómez Nieto; el comisario provincial, Juan José Díaz; el comisario de Vigo- Redondela, Ramiro José Gómez; y la alcaldesa del municipio, Digna Rivas.

Que el alumnado transmita sus conocimientos

El curso planteado por las fuerzas de seguridad se desarrolla a través de un programa con una duración de cinco horas lectivas dividido en diez unidades didácticas. Además de los aspectos mencionados, se explican en detalle las normas para mantener la privacidad de los usuarios, así como recursos y consejos para realizar una navegación segura.

Larriba subrayó la importancia de recibir este tipo de formación y de que los menores sepan reconocer que determinadas conductas que se realizan a través de internet son consideradas un delito. La subdelegada también insistió en la importancia de que sean los propios alumnos quienes transmitan los conocimientos adquiridos a su entorno familiar, "ayudando así a padres, abuelos y abuelas en el uso de las nuevas tecnologías".