El área sanitaria de Vigo prevé una reorganización asistencial para el período estival con el objeto de adaptar los recursos sanitarios a la actividad de esta época del año. En la planificación de la temporada 2023 estarán operativas el 88% del total de las camas disponibles en los centros hospitalarios, un porcentaje similar al de los últimos años.
La reorganización de las unidades de hospitalización se realiza en función de la demanda asistencial y atendiendo a los índices de ocupación, tras efectuar un análisis pormenorizado de los datos de máxima ocupación quincenal registrada en esos meses estivales en años anteriores.
Así, esta cifra pone de manifiesto una idónea planificación de los recursos disponibles y garantizadores de que todos los pacientes, en todos los casos, ingresan cuando lo precisan en una cama a cargo del servicio especializado adecuado para su atención.
Plan de Contingencia
Además, el área dispone de un Plan de Contingencia que permite adoptar las medidas necesarias en caso de situaciones imprevisibles, adecuando los recursos asistenciales a las necesidades. En este sentido, desde el Sergas recuerdan que las camas inhabilitadas siguen estando disponibles al 100% y, en caso de necesidad, pueden activarse de manera inmediata.
La época estival es la estación del año en la que se observa una merma tanto de la prevalencia como de la morbilidad de determinadas patologías estacionales, lo que implica que haya un menor número de pacientes susceptibles de atención sanitaria.
De manera paralela, se racionalizan las actividades sanitarias valorando los recursos humanos disponibles, puesto que el verano, como sucede con otras profesiones, es el período más demandado por el personal para disfrutar de sus vacaciones. Esto condiciona la necesidad de sustituir a los profesionales, ya que este relevo no es posible en determinadas especialidades de personal facultativo, por lo que quedarían incompletos los equipos asistencias necesarios para realizar determinadas funciones.
Además, el verano es el momento más acomodado para realizar cierto tipo de obras, reformas o actuaciones de mantenimiento en los centros hospitalarios.
En definitiva, se trata de adaptar los recursos a la actividad, de manera que los pacientes tengan a su disposición los recursos que precisen y los profesionales puedan trabajar de manera más racional y cómoda, garantizando la atención en aquellos procesos que no admiten demora.