La Fiscalía ha decidido mantener su petición de 30 años de cárcel para Valentín A.B., de 67 años de edad, como autor del asesinato de su mujer, Soledad de 59 años. El Ministerio Fiscal sostiene que, supuestamente, la acuchilló en el domicilio que compartían en el municipio de Gondomar (Pontevedra).

Este miércoles se ha celebrado la última sesión del juicio, con tribunal de jurado, en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, contra este hombre. Ahora es el turno de que el tribunal popular comience la deliberación para llegar a un veredicto.

En su informe final, la representante del Ministerio público ha mantenido sus acusaciones, asegurando que el 2 de diciembre de 2020 el varón mató a su esposa tras propinarle hasta siete puñaladas, al menos una de ellas mortal al atravesarle el corazón, causándole además unas 20 heridas. La fiscal ha recordado que el propio Valentín solicitó a un taxista minutos después de los hechos que llamase a la Guardia Civil debido a que "había matado a su mujer" y que él "se estaba muriendo", porque trató de suicidarse después de lo ocurrido.

Fiscalía ha centrado su discurso en defender que el varón es culpable de un asesinato agravado con alevosía y ensañamiento, ya que, según ha dicho, "realizó el ataque eliminando cualquier posibilidad de defensa de la víctima". Además, ha explicado que la mujer padecía de obesidad y utilizaba muletas para andar, además de que tenía artrosis en la cadera, en la rodilla y en el hombro, lo que "disminuye drásticamente toda capacidad de defensa y ataque".

En este sentido, ha reivindicado que los hechos no se pudieron llevar a cabo en legítima defensa, ya que el hombre no tenía ningún signo de ataque de la víctima, según han dicho los forenses en sus declaraciones, y el varón aseguró en su día al taxista que primero él había empujado a su mujer (en el juicio aseguró que no se acordaba de nada).

Fiscalía ha defendido el ensañamiento al apuñalarla hasta siete veces, cuando "con la herida del corazón hubiese bastado". Reproduciendo las palabras del forense, la fiscal ha dicho que el ataque fue "muy violento" y ha recordado la declaración también del acusado, que aseguró que en ocasiones tapaba la boca de su mujer porque hablaba mucho. Por todo ello, pide que se le condene a 30 años de cárcel como autor de un asesinato con alevosía y ensañamiento con los agravantes de parentesco y violencia de género.

Tanto la acusación particular como la popular se han mostrado conformes con la Fiscalía, criticando la "memoria selectiva" de Valentín y poniendo el foco en los insultos que este le decía a la víctima durante su matrimonio, como "foca, gorda, gilipollas o no vales para nada". Ven "sometimiento y humillación" de Soledad por el "mero hecho de ser su mujer". También han subrayado que Valentín no tenía alterada su capacidad de comprender y actuar libremente, por lo que "no fue un brote psicótico".

Defensa

Por su parte, la defensa ha reconocido que se trató de un homicidio, pero no un asesinato. Esto supondría una pena de unos 10 o 15 años, pero no 30 como pide Fiscalía. Según el abogado de Valentín, los hechos fueron fruto de una "depresión constante" que "desbordó y llegó a ese punto", por lo que ha destacado los hasta cinco intentos de suicidio del hombre, los cuales Fiscalía asegura que no existieron porque no constan pruebas (solo del producido el día de los hechos).

En sus conclusiones finales, ha dicho que el acusado no cogió a la víctima desprevenida, por lo que no hubo alevosía. Según él, no estaba en el sofá, sino que estaba de pie y todo ocurrió en unos 10 o 15 segundos.

También ha indicado que la víctima "hacía vida normal", por lo que su incapacidad no la inhabilitaba, aunque sí ha reconocido que puede que existiese "desproporción entre el hombre y ella". La defensa ha subrayado los 40 años de matrimonio en los que el varón supuestamente habría vivido situaciones que lo habrían llevado a plantearse el divorcio, que nunca se produjo.

"Estamos hablando de un homicidio con agravante de parentesco", ha reivindicado porque "no hubo premeditación", ha dicho al jurado, poniendo el foco en que de lo que decidan supondrá que se le condene a 15 o a 30 años, "que es el doble".

Finalmente, el acusado tomó la palabra y trató de relatar el "infierno" vivido en su casa de Gondomar. Pese a asegurar que no se acordaba de los hechos, sí ha descrito los insultos que, según él, le decía su mujer, como "eres un inútil" o "no vales para nada".