La defensa del hombre condenado por matar a su mujer en Gondomar (Pontevedra), en diciembre de 2020, ha solicitado una rebaja de la pena al entender que deben aplicarse las atenuantes de arrepentimiento y confesión.

Tal y como ha informado Europa Press, ha sido en la vista de apelación celebrada en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) contra la sentencia de la Audiencia de Pontevedra que, de acuerdo con el veredicto del Tribunal del Jurado, condenó a 21 años de cárcel al hombre, de 67 años, por matar a su mujer, de 59, en el domicilio familiar de la parroquia de Mañufe, en Gondomar (Pontevedra).

El jurado consideró probado que el acusado infligió 21 heridas con un cuchillo a su esposa, varias de ellas puñaladas mortales, con la intención de "acabar con su vida", sin que la víctima, con una discapacidad del 65% y problemas de movilidad, tuviera posibilidad de defenderse o de huir.

También tuvieron en cuenta las agravantes de parentesco y género, además de considerar que el hombre actuó con "desprecio" hacia su mujer, con una actitud de "dominación" y que hubo episodios de maltrato previos en su relación conyugal.

Al no estimarse por parte del jurado la circunstancia agravante de ensañamiento, las acusaciones (Fiscalía, particular y Xunta) han solicitado una condena de 25 años de cárcel, en vez de los 30 años iniciales. La defensa, que había pedido que se considerase el crimen un homicidio, no hizo petición concreta de pena.

En la vista en el TSXG, la defensa solicitó que se apliquen las atenuantes de arrepentimiento y confesión y que se le imponga una pena de 18 años de prisión al considerar que no se tuvieron en cuenta las anteriores cuestiones planteadas por esta parte.

Mientras, la acusación particular ha reclamado que se aplique ensañamiento, además de solicitar que se aumente la indemnización solicitada en el juicio.

Crimen

El crimen tuvo lugar en la tarde del 2 de diciembre de 2020, cuando el hombre atacó a su mujer con un cuchillo, causándole ocho heridas graves (varias de ellas mortales) y otras lesiones por todo el cuerpo.

Fue el taxista que habitualmente llevaba y traía al hijo menor del centro especial al que acudía, el que descubrió lo ocurrido, al llegar de regreso con el joven y ver que sus padres no acudían a la puerta a recogerlo.

El hombre llamó al padre a su móvil y éste le pidió que llamase a la Guardia Civil porque había matado a su mujer y él se estaba desangrando (se cortó las muñecas y se clavó el cuchillo en el pecho para suicidarse).