Sentarse a la mesa
La abogada y fundadora de Sumamos reflexiona acerca de la necesidad de superar ciertos temores e inseguridades que muchas veces llevan a las mujeres a quedarse en un segundo plano en el ámbito de las relaciones profesionales
¿Dónde te sientas cuando te sientas en una mesa? Cuando entras en una sala de reunión, o en un auditorio para escuchar a un ponente. Es muy curioso cuando empiezas a observar qué sucede en un entorno profesional cuando hombres y mujeres nos sentamos a la mesa.
Comparto una escena de hace unos años, cuando organizábamos un pequeño evento al que asistían unas treinta personas. Todas mis compañeras, especialmente las más jóvenes, escogieron las mesas más lejanas a la ponente y más cercanas a la puerta, mientras que los únicos cinco hombres asistentes tomaron asiento en la parte delantera de la sala. Lo que sucedió en el turno de preguntas no necesito revelarlo. Es evidente que hay barreras internas que son capaces de influir de manera clara en nuestro comportamiento. Además de los obstáculos externos, mis compañeras libraban sin saberlo una batalla interior.
He pensado en una mesa cuando revisaba los datos sobre diversidad de género en las empresas del IBEX 35. Las consejeras de las principales empresas españolas ya no tienen que sentarse solas a la mesa porque son 152 señoras, en un 36,9% del total de puestos de consejero. Sin embargo, las directivas en los comités de dirección lo tienen bastante peor para encontrar su sitio. De los 432 puestos directivos de primer nivel sólo 87 son mujeres, representan el 20,1%; con un crecimiento muy modesto, ya que en 2021 las mujeres eran un 18,9% del total de los directivos. ¿Dónde se sientan las mujeres en esa mesa? ¿Qué tipo de relación generan en esos comités de dirección? ¿Qué batalla interior estarán librando?
Cuando los psicólogos estudian las dinámicas de poder se dan cuenta de que las personas que ocupan puestos de rango inferior vacilan más ante la idea de compartir sus puntos de vista y a menudo suavizan sus afirmaciones cuando lo hacen. Al final son las mismas inseguridades las que llevan a no conseguir hablar con sinceridad en un entorno profesional que a sentarse en el fondo de la sala. Nos afectan a todos, pero no por igual.
Sin ser muy conscientes en nuestras tertulias de Sumamos nos hemos sentado siempre alrededor de una mesa, siempre con una invitada especial mujer, siempre en una posición mayoritariamente femenina. Intervenimos todos en un orden preestablecido, un ritual en el que todos tienen que participar, pero todos al mismo nivel. Esa ceremonia se ha convertido en un buen modo de sacudirse los miedos a opinar, a compartir tus puntos de vista y a usar el humor o las emociones como herramienta. Parece sencillo, pero no es una dinámica que resulte muy habitual en nuestro entorno profesional.
Hemos aprendido mucho en estos años. Ahora sabemos que no podemos cambiar aquellas cosas de las que no somos conscientes, pero una vez que lo somos no podemos evitar cambiarlas.
Ya es tiempo de sentarse a la mesa.
- Sheryl Sandberg, que fue directora de operaciones de Facebook y fundadora de Leanin.org, dedica un capítulo de su libro Lean In a sentarse a la mesa.
- https://womenceo.es/otustode/2023/01/diversidad2022.pdf La diversidad de género en los consejos de administración y los comités de dirección de las empresas cotizadas. VII Estudio realizado por Women Ceo a 31 de diciembre de 2022.