Tal vez suene como la frase más típica que diría cualquier escritor, pero los libros pueden salvar vidas. E Instagram, la plataforma del ‘postureo’ y los likes, puede ser el lugar perfecto para compartir la afición por la literatura. Cuando estos dos elementos se combinan nacen cuentas como las de la viguesa Irene Alonso, @mataraunlector, que reúne a más de 5600 seguidores en su perfil donde publica reseñas, citas literarias y otros contenidos.
Lectora desde la infancia
Las primeras lecturas que recuerda Irene habitan en las manos de sus padres. Siempre se leía en casa. Siempre se leía un cuento antes de dormir. Uno de los primeros regalos que recibió fue un libro, Mi pequeño leo. Le encantaba un librito sobre El Rey León que se sabía de memoria, a pesar de ser demasiado pequeña como para entenderlo por sí misma.
Colecciones como las de Barco de Vapor también influyeron en su infancia, pero fue Harry Potter el libro que marcó un antes y un después en la vida lectora de Irene (y en la de miles de niños de los 90). En 1999 nació la hermana pequeña de Irene. Para compensar que el protagonismo en la casa tendría que ser compartido a partir de ese momento, le regalaron el primer volumen de la famosa saga, que se había publicado en España hacía poco.
Una cuenta para "divagar" sobre sus cosas
Si bien toda la vida había disfrutado de la lectura, no fue hasta hace un año cuando esta joven impulsó la creación de Matar a un Lector, su perfil "literario" de Instagram. Era un momento duro para ella. España comenzaba la desescalada tras los meses de cuarentena, donde Irene se reencontró con los libros, y a principios de verano falleció su padre. La tristeza la condujo hacia la lectura: "Era un refugio. Decía, pues me quedo en casa leyendo, porque me ayuda a distraerme".
En esa situación comenzó a surgir la idea. Ya seguía otras cuentas en Instagram y Youtube con ese tipo de contenido, por lo que buceó en las redes para encontrar inspiración. Decidió hacer lo que le "dio la gana" y lo que le gustase de verdad. Así, elaboró su perfil en base a subir reseñas literarias combinadas con posts de sus frases favoritas.
La comunidad de ‘bookstagram’
Lo que Irene no esperaba cuando abrió Matar a un lector es que encontraría personas afines a ella, "con las que no hubiera coincidido por distancia o por edad". Su cuenta se podría incluir dentro del llamado bookstagram, que Irene define como "una comunidad, dentro de la red social Instagram, dedicada a fomentar la lectura".
Los nativos digitales tienen hábitos distintos de lectura. Su soporte favorito para consumir contenido es el smartphone, principalmente a través de las redes sociales. Bookstagram asume la forma de estos medios para difundir un mensaje positivo: descubre libros apasionantes y abandona las pantallas durante un rato. Irene opina que es triste que se pierda la costumbre de leer, porque aunque ella misma se confiesa "adicta al móvil", los libros aportan cosas que ese dispositivo "nunca te podrán dar".
La comunidad derriba así el estereotipo de que los jóvenes no leen o no se interesan por la literatura. Las estadísticas de los bookstagrammers revelan un público adolescente de entre 14 y 20 años; aunque los seguidores de @mataraunlector se sitúan más bien entre los 20 y los 25. "Puede que por el tipo de lecturas que subo", reflexiona Irene.
El equilibrio entre presión y pasatiempo
¿Y no puede acabar siendo perjudicial someter tus lecturas al público de Instagram? ¿Puede influir la opinión de los seguidores en tus gustos literarios? La joven viguesa cree que lo importante es tener claro que, al menos en su caso, Instagram no es un trabajo, sino un hobby. Saber qué reseña triunfará más es un misterio para ella. "Hay días en los que digo ‘menuda mierda me ha salido’ o no estoy contenta al 100% con la foto, y de repente lo petan. En cambio, otras que me las curro tienen mucha menos repercusión", cuenta.
Las editoriales y los autores tienen el ojo puesto en Bookstagram porque es una buena forma de darse a conocer. Los perfiles más grandes, que manejan cerca de 50 mil seguidores, reciben todas las novedades del catálogo cada mes. Otros más pequeños, si tienen un contenido especialmente llamativo para las empresas, pueden ser contactados por grandes casas como Grupo Planeta o Penguin Random House.
Irene no ha recibido propuestas de las editoriales de mayor tamaño, sí de grupos pequeños y autores independientes. "Rechazo más de las que acepto, dice. Cree que hay personas que entran en Bookstagram "para que les regalen libros" y que ese no es el objetivo que se debe seguir: "No es solo un regalo, tú al final ese libro te lo tienes que leer y hacer una reseña sobre él. Para mí también es una responsabilidad". Prefiere que el contenido de su perfil se base en sus gustos reales y en lo que más le apetezca leer según el momento.
Su colaboración soñada sería Literatura Random House, la editorial que publica en España a Sally Rooney, una de las autoras favoritas de Irene; o Montena, que estrenará en septiembre la nueva novela de Laura Gallego, otra de sus plumas predilectas.
¿Qué es el éxito?
La cuenta de Irene, por tanto, se compone de sus opiniones sobre los libros que lee y que la acompañan. Para ella, la honestidad es clave en bookstagram. Si una obra no te gusta, es importante no ocultarlo. Está a favor de las reseñas negativas "siempre que se hagan desde la argumentación y la educación".
Irene considera que el éxito en Instagram es subjetivo. "Si el concepto de triunfar es tener no se cuántos millones de seguidores y que te manden mogollón de libros, entonces están triunfando solo cuatro gatos. Para mí un éxito es que me escriba gente diciendo que se han comprado un libro por una reseña mía y que le ha encantado". El algoritmo de la plataforma se encarga de penalizar a las cuentas que no actualizan a diario, por lo que Irene tiene claro que quien está interesado en su contenido llegará a él de todas formas. Quiere que su perfil sea cercano, como a ella le gusta que sean los demás, e interactúa de forma constante con sus seguidores a través de stories.
¿Y si llega una racha de bloqueo lector? La viguesa aconseja "cambiar de libro" o leer poesía, "porque no necesita de un hilo narrativo", así como echar mano de alguna recopilación de relatos. "Y si no, hay gente que directamente no lee y punto, y a veces eso también funciona. Al final yo creo que si tú tienes una cuenta de Bookstagram tú no la tienes como trabajo, es un hobby, y tú no puedes hacer de ese hobby una frustración y sentirte atado a ella, porque es que entonces… no disfrutas."
Una recomendación lectora para este verano
A pesar de que para Irene no hay lecturas estacionales, le pedimos que nos recomiende un título de entre todos los que atesora en su biblioteca personal. El elegido es Al final siempre ganan los monstruos, de Juarma. La fascinó su título y se reafirmó tras leerlo. Destaca la construcción de los personajes, del relato y el "pesimismo" que transmite la historia. "Creo que es un libro que no tiene el reconocimiento que merece", deja caer la viguesa.