Vigo ha sido inspiración para canciones, escenario para películas, y también para novelas. A Alexia Dotras, viguesa nacida "de casualidad" en Venezuela (tan solo pasó allí los primeros once meses de su vida), de Vigo le inspiran sus playas y su centro histórico, donde pasó gran parte de su infancia. Ha elegido la urbe que la vio crecer para contar su primera gran historia: Jugar al palacio de Rosa, editada por Libros Indie.
Dotras es docente en la Escuela Superior de Educaçao de Branganza desde el 2012. Su faceta como escritora se combina con la de académica: ha publicado alrededor de setenta trabajos científicos, desde artículos en revistas especializadas a libros y capítulos. Además, ha participado en más de cien congresos, seminarios y cursos nacionales e internacionales desde 2000 y ha editado varios libros en el área de la literatura cervantina, su especialidad.
Al margen de su carrera ligada a la universidad, Alexia también se ha relacionado con la literatura desde otros ámbitos. Fue dueña de una librería especializada en literatura infantil, Peles Guedellas, y en ocasiones le gusta hacer de cuentacuentos. Desde la pandemia utiliza Instagram como plataforma para difundir esas pequeñas historias, narradas en su propia voz.
Una novela "muy viguista"
Rosa es la protagonista de la novela. En sus trayectos en bus a la fábrica donde trabaja (Citroën en este caso, como buena viguesa) conoce a Pablo, un chico que la intimida y la atrae a partes iguales. Ella es de familia humilde, vive en la periferia; él es un "niño bien" del centro que estudia en la Escuela de Peritos.
Al contrario de lo que podría parecer, Jugar al palacio de Rosa no es una historia de amor, sino de desigualdades. Se suele decir que un autor escribe de aquello que conoce, y Alexia Dotras intenta describir un Vigo "estratificado socialmente, ligeramente superficial y claramente sarcástico". No, la protagonista, Rosa, no es Alexia. El personaje es una conjunción de muchas de las alumnas que la escritora conoció en la Escuela de Magisterio de Vigo en el año 2006, cuando impartió clases allí.
"Quería reflejar todos los Vigos, el Vigo más duro y fabril y el Vigo más blando, más acomodado", comenta Dotras. Configura un relato social de su ciudad, que como todas las urbes, acoge a personas de diferentes mundos, con diferentes condiciones y oportunidades. Todo ello desde la ironía, la autoparodia y la crítica.
Trece años en un cajón
La novela debut de Alexia Dotras, aunque se ha publicado este año, llevaba mucho tiempo guardada en una carpeta de ordenador. La escribió entre el 2005 y el 2008, empezando el proceso en Coímbra y terminándola en Vigo. Sin embargo, no es hasta el pasado año (el confinamiento, de nuevo como elemento catalizador) cuando Alexia la recupera de ese "cajón" virtual.
"Fue un reto a mí misma", afirma. "¿Podré aceptar la crítica de los demás? ¿Me sentiré a gusto fuera de mi zona de confort?". Esos fueron algunos de los pensamientos que Alexia se planteó y que hoy expresa en voz alta. En 2018, al cumplir los 40, sintió que estaba en un punto de inflexión en su vida. La pandemia resultó ser el empujón final para desempolvar sus textos.
"De todo lo que he escrito a lo largo de mi vida nunca he intentado publicar nada", relata Dotras. Cuando releyó Jugar al palacio de Rosa se sorprendió de que "no le diera tanta grima". Escribir es un acto íntimo, releerse a una misma puede ser difícil, y además, siempre somos nuestros peores críticos. Pero en esta ocasión no fue así. Revalorizó su obra y la reescribió, adaptando la historia a la actualidad.
El después
Alexia Dotras envió su manuscrito a diversas editoriales independientes. Intentó buscarlas fuera de Galicia para seguir retándose a sí misma y comprobar que una historia ambientada en Vigo podía interesar a la gente de fuera de la ciudad. La editorial Libros Indie, ubicada en Sevilla, le brindó la oportunidad.
Desde el lanzamiento, ha recibido muestras de cariño y apoyo a veces insospechadas. "Mucha gente que hacía tiempo que no hablaba conmigo me ha escrito, me ha escrito gente que no conozco porque ya me seguían en redes sociales por los cuentacuentos".
Es consciente de que su carrera literaria aún está despegando y no se extralimita en la descripción del "éxito". Con todo, ahora que ha probado el sabor de la publicación, le encantaría continuar. Tiene preparado un conjunto de relatos que podría ser su próximo proyecto, si consigue que una editorial se interese en él.
Alexia Dotras ha conseguido romper su propia barrera y deshacerse de los miedos para exhibir sus textos. "Tengo 40 años, soy primeriza y chunga", dice entre risas. Ser escritora era un sueño que hasta ahora no había encontrado el "momento" de hacerse realidad. La literatura está en la identidad de Alexia; antes solo desde el lado académico, ahora en pleno terreno de juego.