El arquitecto César Portela Fernández-Jardón pronunció hoy su discurso de ingreso en la Real Academia Galega de Belas Artes (RAGBA) cómo académico de honra, titulado "La arquitectura: Una disciplina entre el arte y la técnica". El acto, que se celebró esta mañana en el Pazo de Baión, estuvo presidido por el presidente de la RAGBA, Manuel Quintana Martillo, y el discurso fue contestado en nombre de la Academia por el miembro numerario de la Sección de Arquitectura, Xosé Manuel Casabella López.
Manuel Quintana Martillo confesó que la Academia tenía una deuda histórica con uno de los más relevantes nombres de la arquitectura gallega, engrandeciendo con su presencia la institución y siendo siempre una voz escuchada y respetada. Con su disertación, Quintana explicó que Portela expresó su sentir en la arquitectura, su entrega y su amor por la profesión, indicando que "ama la arquitectura, siente su trabajo, busca la dimensión más profunda e integradora y pone todo el suyo saber al servicio de la sociedad en su conjunto".
César Portela (Pontevedra, 1937) agradeció a la Academia su inclusión como académico de honra, admisión que lo llenó de emoción, satisfacción y orgullo. Comenzó su discurso solemne pronunciando una cita del arquitecto estadounidense Louis Khan: La arquitectura es aquello que la naturaleza no puede hacer, para continuar profundizando en los diferentes caminos recorridos por la ciencia, donde impera la razón, y por el arte, que se acerca al plasmable de los deseos, ilusiones y pasiones. Aunque concretó que en el caso de la arquitectura también debe satisfacer la necesidad de crear espacios habitables que, además de ser bellos, deben ofrecer seguridad, abrigo y confort.
"No podemos limitarnos sencillamente a soñar"
El Premio Nacional de Arquitectura en el año 2000 explicó que la arquitectura es la “construcción del espacio” y la concepción de este espacio, entendida cómo primero sueño creativo del hecho arquitectónico, es para Portela imprescindible dentro de un proceso creativo mucho más amplio sin lo que no es posible a arquitectura. “Los arquitectos no podemos limitarnos sencillamente a soñar. Tenemos también que construir, que materializar nuestros sueños. La arquitectura es, por tanto, arte y técnica al mismo tiempo, pero arte y técnica al servicio de la sociedad. La función social es, justamente, lo que convierte la arquitectura en algo de necesaria utilidad, imprescindible, nunca gratuito” –manifestó–.
En un punto más transgresor, César Portela afirmó que la buena arquitectura no tiene porque renunciar al espectáculo, pero debe conseguir eso la base de "calidad espacial, formal y constructiva, sabiendo dar respuesta a cuestiones fundamentales con soluciones arquitectónicas brillantes, empleando elementos constructivos acomodados". También hizo referencia a cuestiones ambientales, indicando que la buena arquitectura no destruye la naturaleza, sino que la respeta, la sublima y la enriquece.