Junto a su faceta deportiva, que ha llevado a Chus Lago (Vigo, 1964) a convertirse en la primera mujer española (y tercera del mundo) en alcanzar la cumbre del Everest sin oxígeno artificial, lo que logró en 1999, la literatura polar también ha estado siempre presente en su vida, "son referentes que siempre llevo a mis expediciones", cuenta en una entrevista con este medio.
Lago ha compaginado durante los últimos años su vida como alpinista con la escritura, que ha dado lugar a varias publicaciones sobre su experiencia en el terreno y sus grandes logros deportivos (y vitales). Sin embargo, la última de sus obras es la continuación de la otra cara de su vertiente literaria, aquella que va dirigida a los más pequeños y que trata de acercar al público infantil grandes aventuras a través de un carismático personaje, Fata, que siempre tiene algo importante que aprender en sus impresionantes viajes.
Chus asegura que durante toda su carrera ha leído a los grandes exploradores de las regiones en las que ha estado y cuenta que al recrear en su mente aquellas expediciones históricas siempre las imaginaba con un punto cómico, "gracioso". Así, con su conocimiento del medio, lo leído sobre cada rincón del mundo recorrido y con las ganas de acercar a los jóvenes esas aventuras es como esta polifacética viguesa ha ido creando cada historia de Fata. "Hacerle llegar a los jóvenes, a los niños, estas grandes aventuras un poco ficcionadas o mezcladas con literatura fantástica, me apetecía muchísimo", cuenta la alpinista gallega.
A finales del pasado mes de noviembre, Chus presentó en El Corte Inglés de la ciudad olívica su último libro infantil, Fata y el viaje al Ártico en submarino, que se trata de la segunda entrega de este pequeño aventurero. Chus reconoce que su reciente maternidad (fue madre en 2020, a los 55 años) tiene también mucho que ver con las ganas de continuar contando historias para los pequeños de la casa. "De pronto te apetece que tu niño, no tardando mucho, acabe leyendo este tipo de libros", asegura.
Historias con mensaje
Tal y como sucede en sus expediciones y en su vida deportiva, la montaña, el polo, también tiene mucho que enseñar. La autora da vida a estas historias infantiles con la intención, además de entretener con intrépidas aventuras, de aportar ciertos mensajes que para ella han sido importantes y que, tras una trayectoria deportiva como la suya, también ha podido interiorizar.
"Hay moralejas. El niño protagonista siempre acaba aprendiendo que las cosas se consiguen con esfuerzo y que no se consiguen a la primera ni a la segunda. Además, se refleja la idea de la imperfección de las aventuras, que siempre es una maravillosa forma de vivirlas, y que hay que terminar aceptándolas" cuenta Chus Lago.
La autora asegura que otro de los mensajes que suelen repetirse en sus libros infantiles es que "no todo se mide en función del éxito. Hay secretos que el personaje tiene que guardar por el bien de esa aventura, lo que le va a dejar sin el reconocimiento social; no le van a aplaudir, pero se queda con la satisfacción personal de haberlo vivido", relata la deportista y escritora de Vigo, quien estima que, de entre todos los mensajes que ella ha podido aprender de su larguísima trayectoria, que incluye también experiencias duras, quizá ese es el que más le interesa transmitir a los niños o jóvenes que lean las aventuras de Fata.
"Es importante aprender que el éxito tiene que ser algo que tú reconozcas, no que necesariamente tengan que reconocer los demás. Tú tienes que creer que lo has hecho bien, que has llegado y que estás satisfecho. Hay que tener en cuenta que el camino es importante, no solo el logro concreto", explica Lago.
¿Quién es Fata?
El personaje de Fata surgió en un viaje al Himalaya, un niño que cargado con una bolsa a su espalda subía una montaña solo en medio del bosque. "Le hice una fotografía y siempre me he arrepentido, porque aunque nosotros éramos alpinistas y no turistas, para él sí lo éramos. No sé si llegó a asustarse, pero si es hoy no se me ocurre ni acercarme", cuenta Chus, que confiesa que fue un momento del que no se siente orgullosa, pero que le impresionó. Para ella el propio personaje es una metáfora de que se puede subir una montaña, y representa el esfuerzo.
Sobre si habrá nuevas aventuras de Fata, Chus señala que así será. "Mi idea es ir contando grandes expediciones polares a través de las aventuras de Fata y de Pemba", afirma.
En un momento en el que la viguesa se ha centrado en su maternidad y ha paralizado las expediciones, Chus asegura que la literatura infantil le permite un poco más de desconexión. "Durante el embarazo, que buscaba tranquilidad, escribí un libro que ganó un premio de literatura de viajes y de montaña, se titula El espejo de hielo. Ese libro nació un mes antes que Solomon y yo feliz de poder regalarle a mi niño el fruto de una espera en una reflexión", apunta. Sin embargo, se trata de un tipo de literatura, la de adultos, que le exige muchísimo esfuerzo y concentración. Así, Lago ve en las aventuras de Fata la literatura perfecta para su momento actual.
Aunque la última expedición de Chus Lago fue en 2019, la deportista gallega asegura que no está segura de si habrá más. "No me veo ahora con un niño de tres años entrenando tantas horas y dejándolo para ir de expedición. En este momento no sería posible", confiesa. "Yo creo que todo lo que quería conseguir en ese aspecto lo he conseguido y ahora lo que quiero es escribir y seguir manteniéndome en forma, por supuesto. Tampoco digo que no vaya a haber otras expediciones, pero no tengo ese hambre de expediciones que tenía antes. Salir de expedición me apetece, pero lo frena Solomon", añade.
La alpinista viguesa cuenta también a este medio que ya está trabajando (y acabando) en un proyecto literario para niños algo más mayores, de 15 o 16 años, una novela policiaca en clave de humor. "Todo lo que me apetece ahora es así, de divertirse", cuenta Chus. "Creo que seguiré combinando la literatura infantil y juvenil con la de adultos".
"El paisaje de Vigo es maravilloso"
Aunque no sabe si por mucho tiempo, Chus Lago reside en estos momentos en su ciudad natal, Vigo, de la que asegura que adora sus playas y su "maravilloso paisaje".
No obstante, la alpinista y escritora de la ciudad olívica asegura que todas las parroquias tienen un gran encanto y que la zona centro, como la calle Príncipe, el corazón de la ciudad, "me dice mucho", declara. "Es una ciudad con un privilegio grande desde el punto de vista de la naturaleza. Tenemos que cuidarla", sostiene.