A finales de la década de los 50, a escasos kilómetros del núcleo urbano de Ourense nacía la micronación gallega que reinó en el mundo del espectáculo. Más conocida como La Ciudad de los Muchachos de Benposta ―hoy en ruinas―, esta suerte de estado independiente conformaba el sueño utópico y circense de un joven sacerdote rojo que, en mitad de una sociedad oprimida bajo la dictadura franquista, encontró la forma de ayudar a los niños y adolescentes más necesitados a través de una singular comunidad católica de formación e innovación educativa. El padre Silva logró crear entonces una revolucionaría ciudad-estado gobernada por infantes, que contaba además con sus particulares elecciones democráticas, moneda propia y el primer proyecto de escuela de circo de toda España, así como también la segunda del mundo después de la de Moscú.
El modelo tuvo varias réplicas e incluso llegó a marcar a varias generaciones de artistas, especialmente en América Latina (donde destacan los casos de Benposta Colombia y Benposta Venezuela). Sin embargo, y pesar del éxito alcanzado, el revolucionario proyecto encontró su final en la primera década de los 2000, ahogado por culpa de las deudas, las instituciones, los conflictos y el abandono progresivo de unos jóvenes que, cada vez más, buscaban un futuro más acorde a los tiempos y los nuevos preceptos. Ahora bien, los últimos años de vida del gran sueño revolucionario del padre Silva no fueron los únicos que estuvieron manchados por el conflicto. Quizás no muchos lo recuerden, pero el turístico municipio de Sanxenxo fue también durante muchos años el reino estival de La Ciudad de los Muchachos de Benposta. Al menos así sería hasta el año 1981, época en la que los vecinos de Areas, Bordóns y Dorrón protagonizaron una protesta colectiva ―como en Fuenteovejuna, todos a una― para terminar con las instalaciones permanentes que el campamento de verano del circo había establecido en la conocida playa de Areas.
Así eran las instalaciones de esta colonia circense de verano
Desde finales de la década de los 60, La Ciudad de los Muchachos de Benposta estableció en el arenal de Areas su particular campamento de verano. Una especie de poblado estival que guardaba un cierto parecido con las antiguas aldeas celtas, pues su conjunto estaba formado por un buen número de casetas de hormigón a modo de pallozas y una nave enorme, de unos 30 metros de largo y 15 de ancho, donde se situaban la cocina y el comedor. Cabe decir que por aquel entonces las instalaciones se extendían a lo largo y ancho de los terrenos que en la actualidad ocupa el complejo dunar que da cobijo al arenal sanxenxino. También en aquella época en el espacio donde se levantaron las edificaciones existía una explanada de unos 20 metros cuadrados en la que los muchachos de la micronación ourensana realizaban a diario sus ejercicios y entrenamientos. De hecho, en uno de los laterales de la gran pista destacaba la enorme silueta de un columpio de hierro que rondaba los 10 metros de alto, una estructura que era además muy utilizada por los trapecistas para ensayar los números que más tarde llevarían al circo. Después, con el paso del tiempo y la llegada de los conflictos, las instalaciones acabarían siendo abandonadas y derribadas ya a principios de los años noventa, si bien bajo las toneladas de arena que ahora dan forma a las dunas todavía se ocultan las estructuras de algunas de las casetas que quedaron en pie.
Historia de un conflicto de terrenos y propiedades
El declive del campamento veraniego que La Ciudad de los Muchachos levantó en Sanxenxo llegaría de la mano de un litigio entre el ayuntamiento y el propio padre Silva sobre la propiedad de la finca y sus límites. "Si se intenta poner en duda la propiedad de los terrenos registrados a nombre de La Ciudad de los Muchachos, habrá que poner en duda la legitimidad de la propiedad de la mayor parte de los chalets de Areas y de la fábrica de maderas, todos ellos construidos en terrenos vendidos por Don Isaac de Liz, antiguo propietario del terreno que yo he comprado y que más tarde regalé a La Ciudad de los Muchachos", manifestaba el sacerdote ourensano en una rueda informativa celebrada en la ciudad de Ourense el 7 de septiembre de 1981.
Tan solo unos días antes del citado comunicado, los vecinos de Areas, Bordóns y Dorrón ya habían alzado la voz en una protesta colectiva contras las instalaciones permanentes en el arenal de Areas. De hecho, sería el 2 de septiembre de 1981 cuando un grupo de personas de las parroquias afectadas destrozarían la valla perimetral que rodeaba al conjunto del campamento por considerar que estas se encontraban en una zona de dominio público. Cabe decir que ya previamente la limpieza de la parcela y la extracción de arena de la playa habían generado la reprobación unánime de los vecinos. De hecho, la ciudadanía local defendía del mismo modo que las obras sobre el terreno para la instalación del campamento también habían provocado el cambio de curso del riachuelo, el cual hasta la fecha había discurrido por terrenos comunales. Sea como fuere, el incidente acabó en los tribunales mientras que el reino veraniego de La Ciudad de los Muchachos desaparecía poco a poco bajo las masas de arena que empezaban a conquistar el terreno abandonado.