Le Barluthier surge hace cinco años como una idea que en principio parecía efímera, nacida de una película llamada La leyenda del pianista en el océano, que enamora a los tres músicos que componen el alma de esta iniciativa. Miriam, Chucho y Carlos son los integrantes de este curioso piano bar móvil, que llevan de evento en evento protagonizando conciertos de música de principios del siglo XX acompañada de un buen vermú. 

"Todo empezó con la idea de montar un piano bar que viajase con nosotros y tocar música de los 20, los 30 y los 40, escapando de la moda pin-up que rodea a todo lo vintage", dice Miriam Rodríguez. "Queríamos buscar esa filosofía musical que es un poco más bizarra y que nos permite que exista la comedia", asegura la cantante de este curioso bar móvil. Esta artista viguesa únicamente prendió la chispa juntando a Carlos, un joven pianista con el que trabaja desde hace casi dos décadas, y Chucho, su pareja y también músico multidisciplinar, "que tienen desde el principio una química que casi me da miedo". 

Con este sueño en la cabeza, los tres músicos lanzaron varios vídeos promocionales en 2018 que los catapultaron al "veranazo" de 2019. "Creamos un córner para bodas y eventos, porque es un mundo en el que la cultura se paga mejor que en otros terrenos", explica Miriam. "Nos llamaron para una gran inauguración en marzo de 2019 y a partir de ese evento no paramos, hasta que cerraron todo en abril de 2020". 

Esta inauguración corría a cargo de Carlos Viqueira, dueño del Twenty Century Rock de Vigo, "que fue la primera persona que sin conocernos que confió en el proyecto". Con el impulso de uno de los más reconocidos hosteleros de la ciudad, "llegamos a hacer más de 50 conciertos: siendo un grupo sin caché conocido fue increíble". Después, dice Miriam, "llegó la pandemia y se nos fue el gancho". 

Reinventarse en tiempos de crisis

Gracias a un acuerdo comercial con una conocida empresa de bebidas gallega, que quiso utilizar Le Barluthier como escaparate para su vermú, lograron tener varios bolos en el verano de 2020, un año que la cultura y el ocio recuerdan como catastrófico. "Estamos mucho más que agradecidos con ellos porque nos llevaron a muchos sitios, no solo sirviendo nosotros el vermú sino en plazas donde tenían acuerdo con varios bares y nosotros solo tocábamos para las terrazas", explica la cantante. 

Sin embargo, durante la pandemia el espectáculo de estos tres músicos desaparece. "Teníamos un contacto muy directo con el público y eso se perdió, no podíamos trabajar solo como trío de jazz porque no era suficiente", lamenta. "La gente quería apostar por cosas más sencillas, todos estábamos en crisis y de ahí fuimos cuesta abajo: el peor verano de todos fue el de 2022", reconoce Miriam. 

A pesar de que la nueva normalidad dio paso a una época en la que casi nos hemos olvidado del Covid, "no sabemos por qué Le Barluthier se quedó casi sin contrataciones: 2021 fue más o menos, 2022 fue peor y 2023 fue fatal. Este 2024 tenemos muchísimo trabajo, hemos pensado en cientos de posibilidades pero creemos que simplemente depende de que estemos o no de moda", explica la impulsora de esta iniciativa. "Somos un proyecto con un público muy concreto y somos conscientes de que no gustamos a todo el mundo". 

Esta es precisamente la razón de que los tres integrantes de Le Barluthier se hayan reinventado profesionalmente: Miriam da clases de canto, Chucho enseña a tocar la batería y trabaja con empresas de doblaje y Carlos es pianista profesional. Con la música como centro de sus vidas, Le Barluthier funciona como un proyecto intermitente (según las circunstancias), con mucha más actividad en temporada de verano. 

Un espacio para reivindicar la cultura

Como parte activa del panorama cultural vigués, Le Barluthier creó también La Luthería, un espacio en el que daban voz a otros artistas a través de entrevistas en un formato íntimo. "Nos veíamos con la responsabilidad de hacer un llamamiento a las diferentes carreras del sector, que se hablase para dignificar la cultura como una profesión", explica Miriam. "Primero comenzamos online, cuando no podíamos salir, después usamos nuestro local de ensayos como plató y hablamos con poetas, actrices, performers, músicos, clowns, fotógrafos, artistas plásticos... Aún trabajando dentro del sector descubrimos muchísimo y nos dimos cuenta de la carencia informativa que tenemos sobre todo esto".

La Luthería "es un espacio de dignificación cultural que comenzó con un templo de entrevistas y ahora es un lugar tanto de ensayo como de proyectos personales", dice la artista. "Evolucionó así también porque hemos visto que en los últimos meses han ido cerrando espacios públicos de ensayo y eso ha hecho que se pierdan también las ganas de crear y de tocar", lamenta: "Tenemos una ciudad que tiene muchísimo talento a todos los niveles, tanto a nivel musical como a nivel teatral, pero me da la sensación de que nos da miedo enseñarlo y hablar de ello". 

Este espacio nació para reconocer la importancia del arte y darle el espacio que estos tres músicos creen que merece: "En España la cultura no es una necesidad primaria y lo entiendo, pero nos gustaría que existiese un equilibrio entre la inversión en arte y en otras cosas". La Luthería, no obstante, está "en pausa" desde 2022 "porque las cosas bonitas, reconozcámoslo, no dan de comer", aunque Miriam tiene intención de recuperarlo en un futuro cercano. 

Por el momento, los tres integrantes de Le Barluthier están disfrutando de su "ajetreado verano de 2024" y ven el futuro con mejores ojos, un futuro en el que confían en que el jazz se vuelva a poner de moda y su piano bar vintage vuelva a ser el centro de muchas, muchísimas, fiestas.