Enmarcada en el corazón interior de la comarca de Vigo, la localidad de Fornelos de Montes conforma un destino perfecto para los amantes de la historia y la naturaleza. El mosaico de paisajes de este territorio pontevedrés se abre paso entre valles y bosques centenarios, cursos fluviales y sistemas montañosos tan impresionantes como el que da forma a la Serra do Suído. Además, en mitad de estos escenarios verdes en Fornelos se esconde también un patrimonio histórico, artístico y etnográfico muy interesante, destacando los yacimientos castrexos del Monte da Cidade, grabados rupestres como los del Coto do Galo o el tesoro arqueológico que constituye el sacórfago antropoide excavado sobre la roca en el lugar de Vilán.
Más allá del patrimonio y la naturaleza, en Fornelos de Montes también hay cabida para los mitos y leyendas. Lo cierto es que existe un paraje de lo más singular, envuelto por completo en el misterio, que se encuentra enclavado junto a los márgenes del río Alén, en la ladera de una montaña situada a más de 600 metros de altitud. La denominada Cidade das Costas do Alén, o Vila dos Mortos, es un lugar mítico al que, según el imaginario popular de esta comarca, se retiraban las personas ancianas para morir. Lo que podemos encontrar realmente en este recóndito enclave es un conjunto de 39 edificaciones pétreas que recuerdan por su semblante a los antiguos chozos, aunque a día de su función original continúa siendo todo un misterio.
Breve historia de un lugar mágico en Fornelos
Hasta el año 2012, A Cidade das Costas do Alén era un enclave desconocido para muchos. El conjunto formado por estas antiguas edificaciones pétreas fue descubierto en la parroquia de As Estacas aquel mismo año, y puesto en valor en el 2018. No obstante, y aunque se presupone un origen más antiguo, cabe destacar que se conservan varias referencias bibliográficas datadas en 1550 que ya mencionaban la existencia de este mítico lugar.
Esta curiosa concentración de 39 habitáculos de piedra se encuentra situada a más de 600 metros de altitud en las montañas que forman el valle del río Alén. Es en parte, por su situación y características, que las citadas estructuras han sido comparadas e incluso interpretadas en ocasiones como chozos tradicionales, una especie de cabañas que eran utilizadas antiguamente como refugios por los ganaderos que pasaban largas temporadas con el ganado en la montaña. En cualquier caso, si este fuera el caso, se trataría una agrupación de chozas muy elevada y, por ende, de una actividad inmensa en la zona. Por ello hay quien apunta a que también pudieron ser utilizados como pequeños almacenes.
En total se han identificado 39 de estas pequeñas edificaciones que, por su semblante, muchos comparan asimismo con los ancestrales monumentos megalíticos. Por su parte, la mayoría de estas estructuras fueron hechas con muros de perpiaño y mampostería granítica, configuradas con una entrada en su parte frontal que da acceso al interior. Además, también resulta curioso el hecho de que casi todas ellas se encuentran orientadas al este y una incluso presenta una cruz grabada en sobre su abertura principal. Sea como fuere, y al no existir ningún yacimiento de características similares en todo el territorio, la denominada A Cidade das Costas de Alén constituye un caso único en Galicia.
Mitos y leyendas a orillas del río Alén
Los extensos valles verdes que se extienden por los márgenes del río Alén esconden en sus entrañas varios lugares mágicos e historias tan singulares como la de A Cidade das Costas de Alén. Como mencionamos unas líneas más arriba, este mágico rincón en Fornelos de Montes está relacionado con una leyenda que se repite en varias parroquias de los alrededores y que dice que el lugar era utilizado por los más mayores como retiro eterno una vez les llegaba su hora.
Mito o realidad, lo cierto es que son varios los parajes en la zona que ayudan a exaltar esta historia fantástica, como el hecho de que esta especie de ciudad pétrea se encuentra ubicada muy cerca de una Vía Mariana (el otro gran camino de peregrinación entre Galicia y Portugal) o del conjunto etnográfico de San Xoán de Mosteiro, donde se dice que existió un monasterio benedictino. Además, en la zona también destacan otros restos del patrimonio popular como la estructura de un antiguo foxo de lobos y un neveiro centenario.