El pasado mes de junio fallecía en Fisterra Juan Jesús Calo, el niño que puso rostro a la diáspora gallega en una histórica fotografía realizada por Manuel Ferrol. En la icónica imagen se puede ver al pequeño junto a su padre, ambos llorando, en el puerto de A Coruña durante la despedida de un familiar que partía a Buenos Aires. Durante las tres últimas décadas del siglo XIX, y hasta bien pasada la mitad del siglo XX, Galicia experimentó un proceso de emigración masiva hacia América. Para los gallegos de la época, ese territorio al otro lado del Atlántico representaba el auténtico paraíso sobre la Tierra: ese país de Jauja donde todo aquel que trabajase podía hacerse rico. 

Así fue como entre los años 1850 y 1930 o 60, más de dos millones de gallegos salieron del territorio en busca de un futuro mejor. En un primer momento, el destino principal fue Cuba, seguido de Argentina y Brasil. Pero a partir de 1912, será el país de la plata el lugar al que se dirige más de la mitad de la emigración gallega. Es precisamente por esto que, hoy en día, Buenos Aires es todavía conocida por muchos como la quinta provincia gallega. O como diría el propio Castelao: la "Galicia ideal". 

En el presente, son muchas las ciudades y aldeas de Galicia que muestran en sus callejeros sentidos homenajes a estos gallegos en el exterior. Monumentos, placas y esculturas recuerdan las historias de aquellos y aquellas que dejaron la región para construir una nueva vida al otro lado del mundo. En el corazón rural de A Lama, por ejemplo, es un curioso y moderno cruceiro el que da voz a la diáspora gallega

La emigración en A Lama

El legado de Conde Cabanelas Concello da Lama A Lama

A los pies del Monte Seixo, la localidad de A Lama se enmarca en la cara más interior de la comarca de Pontevedra. Rutas de senderismo, playas fluviales, rápidos y cascadas, vistas panorámicas y un sinfín de rincones mágicos dan forma a esta tierra de tradiciones y naturaleza donde los paisajes verdes son los grandes protagonistas. También la emigración forma parte de la historia de este municipio gallego, donde, quizás, el símbolo más importante del histórico éxodo lo encontramos en la llamada aldea de Conde Cabanelas, un peculiar núcleo poblacional formado por casas de piedra decoradas con esculturas y grabados de cantería, fuentes, molinos y alpendres. 

La historia de esta aldea lamense está íntimamente vinculada a la figura de Manuel Barreiro Cabanelas, uno de esos gallegos que en el siglo XIX partió al continente americano con la esperanza de hacer fortuna. Al otro lado del Atlántico, tras hacerse dueño de media ciudad de Río de Janeiro e impulsar el que sería más tarde el Carnaval de Río, el conocido como Conde Cabanelas regresó a su Galicia natal con el deseo de cambiar el rumbo de su pueblo. Fue entonces cuando se instala en esta aldea de Covelo y empieza a llevar a cabo un ambicioso proyecto para evitar que los más jóvenes de la zona tuvieran que emigrar de la misma forma que lo hizo él. Fue así como puso en marcha un nuevo plan urbanístico, creó un grupo escolar para impartir clases de cantería o bordado e incluso financió a parejas jóvenes para que se instalasen en el pueblo con una vivienda y una pequeña dote. Sin duda, un legado eterno de esfuerzo y pasión por Galicia cuya historia todavía impregna las calles de la aldea de Conde Cabanelas. 

Un recuerdo pétreo al pasado emigrante

Detalles del cruceiro de Pigarzos Cruceiros de Galicia A Lama

Bajo los perfiles montañosos que dan forma a la conocida Serra do Suído, la pequeña aldea de Pigarzos oculta entre sus límites un interesante patrimonio histórico, natural y etnográfico. Sin ir más lejos, en la plaza central del pueblo se erige un moderno cruceiro que rinde homenaje a la historia de la emigración en estas tierras lamenses. El monumento en cuestión fue construido en el año 2017 para recordar el enorme éxodo migratorio en el que se vio envuelto esta localidad en el siglo pasado. De hecho, en la base del bien logrado cruceiro se puede leer una inscripción que reza: "Na honra dos nosos emigrantes. Xente traballadora e unida". 

En los alrededores de la aldea de Pigarzos también podemos encontrar otras interesantes muestras del patrimonio y la historia de A Lama, entre ellas la conocida como Capela de Pigarzos y un antiguo foxo de lobos que todavía conserva sus muros en perfecto estado. Esta trampa secular que servía antaña para la caza del lobo se localiza en un terreno aislado de A Xesta, a casi unos 1.000 metros de altitud sobre la propia Serra do Suído.