En un rincón privilegiado de las Rías Baixas, el océano Atlántico despliega su belleza más indómita ante a un litoral de contrastes donde los abruptos acantilados se encuentran con frondosos bosques y arenales dorados. Este paraíso natural se enmarca en el corazón de la península do Morrazo, en un lugar que parece suspendido en el tiempo entre la vibrante ría de Vigo y la serena ría de Aldán. Cangas, con sus kilómetros de costa y su innegable encanto marinero, se erige como uno de los destinos más atractivos del sur de Galicia. Reconocido además como municipio de interés turístico gallego, su callejero regala al viajero cientos de relatos que hablan de la historia, cultura y tradición de este auténtico destino de ensueño. 

Más allá de su encanto natural, la localidad de Cangas puede presumir de una enorme riqueza patrimonial que se manifiesta en distintos elementos repartidos a lo largo y ancho de su territorio. Entre los muchos tesoros, destacan las tradicionales casa de patín, que reflejan la arquitectura popular marinera de la zona; el icónico Reloj de la Alameda Vieja, que marca el pulso de la vida local; la bonita Capilla del Hospital, el famoso Cruceiro do Hío o la Ex-Colegiata de Santiago de Cangas, considerada una de las grandes joyas artísticas y religiosas del municipio. Esta última es, de hecho, una de las mejores muestras del arte renacentista de toda Galicia, lo que convierte a Cangas do Morrazo en un destino imprescindible para los amantes de la historia y la cultura. 

El gran tesoro patrimonial de Cangas

La antigua Colegiata de Cangas do Morrazo encuentra sus raíces más profundas en un templo privimitivo que pudo haberse eregido en el siglo XV, aunque la realidad es que la mayor parte de la construcción actual data del siglo XVI. A lo largo de más de 500 años, el emblemático edificio ha ido experimentando un sinnúmero de modificaciones, cada una de las cuales refleja el estilo y la impronta arquitectónica de su época. Uno de los momentos más significativos de su historia se remonta al año 1545, cuando el Papa Paulo III elevó su estatus al de Colegiata de Santiago de Cangas, marcando un hito en su reconocimiento e importancia. 

En los muros exteriores de la antigua colegiata, la zona sur revela una inscripción de 1541, que confirma la construcción del templo y asegura también que la capilla mayor estaba terminada en el año 1548. No obstante, hay que tener en cuenta que una de las partes más valoradas del templo religioso, su impresionante fachada, no fue levantada hasta 1585. Diseñada y proyectada por Xácome Ferández y Antonio Vizoso, esta obra maestra de la arquitectura constituye una de las mejores y más extraordinarias muestras del arte renacentista de Galicia.

La extraordinaria fachada presenta dos cuerpos de columnas estriadas jónicas y compuestas. La orientación escultórica del frontón de su cara principal remite temas bíblicos con varias imágenes. El conjunto presenta un estilo plateresco renacentista, culminada en su parte derecha por una torre distribuida en dos cuerpos que también es algo posterior, de en torno al siglo XVIII.

En lo que respecta a su estructura, se trata de un templo de planta basilical que sorprende en su interior por sus bóvedas estrelladas sobre altas y recias columnas, las cuales terminan en tres naves donde se podemos encontrar la Capilla Mayor y un espectacular retablo barroco de 1744 en cuyas imagenes destaca un Santiago ecuestre y otro peregrino. El edificio carece de ciborio y, en su lugar,  podemos encontrar un eirado balustrado y profundamente ornamentado. Abundan también los contrafuertes que se encargan de sostener las presiones de las bóvedas interiores. 

Además, la Ex-colegiata de Santiago de Cangas dispone de otras seis capillas en las que también se pueden observar tallas de enorme valor artístico, siendo la más famosa la del "Cristo que non quixo arder". Según el relato popular, dicha talla sobrevivió de forma milagrosa al incendio que sufrió el templo en 1617 por parte de los piratas turcos. Más allá de las ya citadas, una de las imágenes de mayor devoción de la ex-colegiata es el Santísimo Cristo do Consolo, una muestra impresionante del naturalismo barroco español, esculpido en 1796 por Juan Pintos.

Un entorno que rezuma historia

En la plaza lateral de la Ex-colegiata de Santiago de Cangas se pueden admirar otros elementos tan extraordinarios como la conocida Fonta da Colexiata, también llamada popularmente como Fonte do Cabalo. Esta curiosa escultura en granito fue creada bajo el estilo y talento de Ignacio Cerviño en 1890, cuya intención era la representar una escultura de Santiago Matamoros, es decir, del apóstol Santiago durante la batalla de Clavijo que tuvo lugar en el año 844. Cabe recordar que Cerviño también es el autor de otras piezas destacadas dentro del municipio de Cangas, entre ellas la joya monumental del Panteón de Ranqueta (ubicado en el cementerio municipal) o el Cruceiro do Hío, una de las obras más emblemáticas de este concello. .