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El 31 de mayo de 2021, el vigués Pablo Fidalgo amaneció en Sicilia con una portada de El País que le removió por dentro. La noticia hablaba de los abusos sufridos por varios exalumnos en el que fue su colegio, Los Maristas de Vigo, y se acompañaba de una fotografía con cinco personas de espaldas delante de la fachada del colegio.

"Podría describir la foto perfectamente", reconoce Pablo a Treintayseis. Esa imagen le "desató la memoria" y supuso una "catársis" por la que se dejó guiar para ponerse a escribir. Así nació La enciclopedia del dolor. Tomo 1: esto que no salga de aquí, un texto teatral que se representó por primera vez en el Teatro de la Abadía, en el madrileño barrio de Chamberí, un año después de aquel artículo.

El pasado martes, Fidalgo presentó ese mismo texto recogido en un libro, bajo el nombre de La enciclopedia del dolor (Esto que no salga de aquí) y editado por Solar de Edicións, en el Museo Marco en la ciudad donde todo ocurrió y donde, por el momento, nunca se ha representado la obra; tampoco en ninguna ciudad gallega. "De momento, no quieren pagarla", explica el escritor. "Tiene que haber un interés real de las instituciones, porque en este caso tiene que ser una institución pública la que lo haga", insiste. La enciclopedia del dolor. Tomo 1: esto que no salga de aquí se ha representado en 7 países, y lo hará próximamente en Gijón y en Mérida, México.

El libro incluye "algún texto más y el prólogo de Íñigo Domínguez", periodista de El País que firmó aquel reportaje que levantaba alfombras llenas de secretos a voces y cuyo trabajo reconoce Pablo como "el más importante del proceso"; destaca el "seguimiento" del caso como un elemento indispensable, tanto para él como para aquellos que le brindaron su testimonio. "Que fuese él, con su manera de escribir", señala, y "los diálogos que he mantenido con él" han sido elementos "muy importantes".

Verdades que yo viví

Pero el autor insiste en dejar claro que la obra "no tiene voluntad de escándalo, no es panfletaria", tampoco es un texto informativo, sino que es "intenta ser arte", está escrito "desde la poesía", un elemento común en su obra, y, a pesar de que es comunicación, "no tiene voluntad de ello". "Son verdades que yo sí que viví, y que defendería a muerte", sentencia. "Hasta los años 90, se vivía una violencia estructural y diaria por los comportamientos tanto de los religiosos como de otros profesores", y sobre este escenario "intenta comprender de manera histórica cómo en España se han tenido comportamientos heredados de la dictadura y que poca gente puede cuestionarlos".

De catarsis también tuvo algo la presentación del libro en Vigo. "Fue muy bien, fue muy importante para todo el proyecto", avanza el autor, que define el acto como "impactante". "Se convirtió en un acto cívico, civil, se podría decir; hice la lectura y presentamos el libro de una manera particular, performativa. La gente habló mucho, hubo testimonios", prosigue Pablo, que es consciente de que "se siente que es una necesidad de hablar, de compartir nuestras verdades, lo que recordamos y lo que no recordamos".

Vigo es una referencia para Pablo, a pesar de que no vive en la ciudad, en toda su obra; "se trata de un trabajo de recuperación de la memoria de mi familia, de mi memoria histórica, de conocimiento de cosas que han estado ocultas y todas tienen que ver con la ciudad de Vigo; esto es un paso más en la búsqueda de una verdad que para mí es personal, un trabajo íntimo", desgrana. 

"No soy un experto en el tema", confiesa, también que desvelar dónde está la frontera del buylling o el abuso, "no sé si es mi cometido", pero considera que "sería sano que las instituciones, sobre todo las religiosas, hiciesen un ejercicio de responsabilidad y no intenten meter en un cajón lo que ha pasado".

Voces que han ido revelando los hechos

Lo cierto es que los abusos, sexuales y de otros tipos, en los colegios, en concreto en los de Vigo, han ido saliendo en los últimos años a la luz, con sentencias judiciales, testimonios reveladores e incluso programas de televisión a nivel nacional, como el Salvados en el que Gonzo recuperó historias pasadas en el Apóstol Santiago de los Jesuitas de Vigo. "Mi trabajo llega a poca gente, pero Salvados tampoco ha cambiado nada", lamenta.  

Un trabajo que se fue forjando a través de su memoria y gracias también a los testimonios que le fueron llegando. El proceso reconoce que fue "desordenado y caótico", gente que le iba trasladando sus experiencias, aunque comprendió que "hay dificultad de saber si lo que pasó fue abuso, hay un bloqueo y hay gente que no está dispuesta a revivirlo". "Los que denunciaron tardaron 40 años en hacerlo, es muy complejo todo: vivirlo, recordarlo y denunciarlo. La propia institución intenta callarte", incide Pablo.

"Creo que para todos es liberador ver que hay gente que lleva encima la memoria de esa vida en el colegio. Es algo que creo que estamos trabajando para cuando pase el tiempo", dice Pablo, que analiza las diferentes voces que se han alzado: "Para los de El País, es liberador hablar del tema; otros con los que he hablado, simplemente querían formar parte y acompañar, sin significarse más. Por eso, su nombre aparece en el libro, pero no tienen más voluntad que compartir su experiencia".

"Pienso mucho en los profesores del colegio, donde ya no quedan tantos religiosos; nadie quiere hablar de esto porque parece que es un ataque al colegio de hoy y no lo es, es un deseo de que la institución reconozca su historia", sentencia.

"Tengo muy buenos recuerdos, eso también lo dice la obra, al final es toda mi infancia. El fútbol, el fútbol sala, los campamentos... Pero sabemos que ha habido esos abusos. Tal y como está escrito y planteado, poco se puede refutar o discutir; yo no soy nadie para dudar de aquellos que tienen un recuerdo completamente feliz, pero tengo una memoria muy clara de haber querido dejar el colegio desde el año 92, y por diferentes razones no pude". 

Evolución de la obra

La obra también ha ido evolucionando. En la primera edición, el actor era Gonzalo Cunil, de hecho, Pablo admite que fue escrita para él; pero ahora está haciendo una versión propia en la que él es el que asume el papel de Gonzalo, algo que facilitará mover el espectáculo por diferentes países.

En Alemania, Eslovaquia, Austria o Portugal ya ha dejado su huella; también en México, donde Pablo ha descubierto elementos reveladores. Concretamente, en Ciudad de México, donde los tres colegios más importantes, entre ellos el Colegio Madrid, fueron fundados por republicanos y según las ideas de la República española. Describe como "intercambios muy ricos" el poder presentar la obra allí y que se vea cómo esta educación más rancia, con rasgos adquiridos de la dictadura franquista, duró hasta su generación.

Libro y obra seguirán trayectorias paralelas; mientras el primero se puede adquirir en librerías de Vigo, la segunda espera con ansia poder hablar de unos hechos que ocurrieron en la ciudad y que todavía perviven en la memoria de muchos que, por el momento, no quieren olvidar.