Historia del olvido: Luis Antonio Mestre y la Casa Torre de Escudero en O Grove
En el mismo año del centenario de la muerte del poeta Luis A. Mestre, O Grove pierde el único Bien de Interés Cultural de la localidad tras décadas de abandono, la vivienda modernista del literato la villa
11 diciembre, 2021 06:00A veces, el tiempo puede ser caprichoso y hacer borrar de la memoria colectiva de la gente a figuras o lugares que forman una parte importante de la historia de algún pueblo. Este verano, la Casa Torre de Escudero en O Grove perdió su protección como Bien de Interés Cultural (BIC), el único hasta la fecha en toda la localidad. La decisión adoptada por Patrimonio no llegó a generar ni un atisbo de sorpresa entre los fieles defensores de esta singular vivienda modernista.
Hace tan sólo unos meses, el colectivo de los Grovemakers lanzaba el movimiento #Torremakers, con la intención principal de volver a poner en el foco la defensa del patrimonio local. Aunque, la realidad en este caso, es que ya desde los años noventa se venía observando cómo el abandono y deterioro iban consumiendo poco a poco a la Torre del Escudero. El relato hecho realidad, en su versión arquitectónica, de la "crónica de una muerte anunciada".
Memoria y desmemoria
Los orígenes de este emblemático caserón se remontan hasta nada menos que el año 1700. Antes de la existencia de la casa indiana, el lugar estaba ocupado por un pazo conocido por todos como Casa da Carrela. El inmueble había sido levantado a petición de Joaquín Fernández, cuya familia terminaría habitando el espacio hasta bien entrado el siglo XIX.
Desde su creación, por el interior de la Casa Torre de Escudero llegaron a pasar algunos de los personajes más importantes de la cultura gallega. Varios de ellos como moradores, y otros muchos en calidad de visitantes. Desde grandes literatos como Emilia Pardo Bazán o Curros Enríquez; a empresarios de renombre como el industrial Eugenio Escudero, fundador en 1925 de Cerámica Artística de Pontecesures.
Pero sin lugar a dudas, si hay una figura íntimamente vinculada a la construcción, y sobre todo a sus cambios interiores, ese es el periodista y poeta, Luis Antonio Mestre. Un literato cuyo legado y versos ―al igual que pasó con la Casa Torre de Escudero― se han ido difuminado con el transcurrir de las décadas.
Una historia de indianos
A mediados del siglo XIX, el empresario de origen catalán, Luis Mestre Roig, adquirió la propiedad cuando retorn´ó con su familia de La Habana (Cuba) y se estableció en este idílico rincón del Salnés. En aquella época, Mestre se convirtió también en el encargado de la gestión del famoso balneario de A Toxa, y a su figura se debe la creación de la nueva edificación, entre los años 1870 y 1890, que destaca sobre todo por su balcón acristalado.
Tras la muerte del patriarca, la finca y residencia se dividió entre sus dos hijos, Luis Antonio y Luisa. El primero, construyó la casa modernista que a duras penas se mantiene hoy en pie. La vivienda del ilustre contaba por aquel entonces con decoraciones y estancias tan singulares como un salón árabe y otro japonés, diseñados por el reconocido arquitecto Arturo Mélida y Alinari. Luisa por su parte, crearía a la derecha del pazo original una acogedora casa con galería.
En los años treinta, la propiedad volvió a dividirse en dos mitades: Eugenio Escudero compraría la parte del poeta y Francisco Lores la de su hermana. Este último decidió entonces derribar la antigua capilla y gran parte de la casa para poner en pie su particular "Torre de Lores", que apenas duraría hasta la década de los noventa. En aquellos años empezaría la decadencia irrefrenable de esta emblemática mansión meca.
La imagen que a día de hoy se conserva de la casa indiana es cuanto menos desoladora. Sumida en las ruinas, la vivienda todavía deja entrever su singular estructura en forma de "L", formada por dos pisos en cuya fachada todavía destacan los balcones y galerías. Ahora, el municipio de O Grove se encamina hacia la grave condena de perder a uno de sus símbolos, porque tal y como nos recuerdan los Torremakers: "unha vila sen patrimonio carece de indentidade".
El poeta de la Torre de Escudero
Luis Antonio Mestre nació en Cuba en el año 1848, en el seno de una familia gallega de clase humilde. La trayectoria personal y profesional del escritor estaría ligada durante muchos años a las localidades de Vigo y O Grove, donde residía y veraneaba. Un recorrido vital que lo convirtió en una de las figuras más importantes de la cultura gallega. Una importancia que la sociedad de Galicia nunca llegó a corresponderle, desvalorizando su figura hasta casi el completo olvido.
Luis A. Mestre fue miembro no numerario de la Real Academia Galega, director del semanario La Caridad (1872), y redactor para varios periódicos locales y revistas tales como Diario de Vigo, El independiente o Vida Gallega; e incluso llegó a fundar sus propios diarios ilustrados: Peru Grullo en 1872 o La Víbora, en 1881. En el año 1900 constituyó la primera Asociación de Mariñeiros do Grove. También fue miembro titular de L´Academie Mont-Real de Toulouse, así como cónsul en Vigo del gobierno cubano y guatemalteco, entre otros roles de gran relevancia.
Una trayectoria personal y profesional que completó de manera magistral gracias a su talento para las letras. Con su pluma y prosa, el literato dejó para la posteridad obras como Cartas abiertas (1874), Letrillas y Epigramas (1878) o La República española y las elecciones en Galicia (1886). Aunque según se dice, la mayoría de sus creaciones y poemarios perecieron en un devastador incendio que asoló su vivienda en 1919. Una pena ineludible que acompañaría al poeta, ya ciego por aquel entonces, hasta la fecha de su muerte en abril de 1921.