Entre los siglos XVIII y XIX, las Rías Baixas se convirtieron en el punto de llegada de cientos de comerciantes catalanes vinculados a las fábricas de la salga y la conserva. De hecho, estas industrias terminarían por convertirse en el motor económico y la forma de vida de los habitantes de muchas villas costeras de Galicia. También la onomástica de la región se vería marcada por la presencia de estas familias catalanas en la zona: apellidos como Massó, Puig, Tapias o Norat forman parte desde hace décadas del habitual patronímico gallego.
En O Grove, uno de los empresarios más destacados fue José Goday Llauger, fundador de la primera factoría de salga en Punta Moreiras e Meloxo allá por el siglo XIX. Sin embargo, la historia en esta ocasión no girará en torno a la familia Goday y la industria conservera, sino más bien sobre el mundo de las artes. Del mar al lienzo a través de las manos del pintor Ernesto Goday Caamaño (O Grove, 1914- Madrid, 2001), bisnieto del industrial y el gran retratista de las escenas marineras de Galicia. El reflejo de la tradición gallega quedó marcado en el relieve de más de 3.000 óleos bajo las técnicas impresionistas y naturalistas, repartidos por todo el mundo y firmados entre 1930 y la fecha de su fallecimiento.
Una vida vinculada al mar
Ernesto Goday Caamaño creció en uno de los modestos barrios de pescadores de O Grove. Con el mar siempre en la retina y el salitre corriendo por sus venas, el insigne pintor empezó a mostrar sus grandes dotes e inquietudes artísticas ya desde la infancia. El pequeño Goday aprendió las técnicas del tallado en madera y la pintura de la mano de un pariente cercano, Francisco Otero Goday, abogado y posterior alcalde y juez de paz en O Grove. Lo cierto es que a pesar de realizar algunas figuras de madera de gran valor, la vocación de Ernesto se encontraba en el camino de la pintura. Es importante señalar que la guerra le alcanzó justo cuando se encontraba enrolado en la Marina, en un acorazado llamado España. Tiempo después, en el minador Vulcano, sus jefes ―conscientes también de su talento para el dibujo― le encargan la confección de las cartas marinas y sus rutas.
El regreso a la vida en tierra y la posguerra obligaron al pintor meco a alternar su (todavía) afición con otros trabajos de brocha gorda e incluso labores en la fábrica de conservas Thenaisie-Provote. Por aquel entonces el artista se dedicaba a hacer retratos por encargo y a recorrer el callejero de su villa natal, así como otros de Galicia, equipado con sus cuadernos de notas, caballete y utensilios artísticos. El verano de 1947, Goday realiza su primera exposición en la ciudad portuguesa de Porto, seguida de muchas otras ya en tierras gallegas. Aquel sería el gran punto de inflexión en la vida del artista, que en adelante decidiría dedicar todo su tiempo al mundo del arte y la pintura.
La incursión de Goday Caamaño en el panorama artístico le llevó a postularse como la gran "promesa del arte gallego", aunque su obra no estuvo exenta de críticas, sobre todo por su producción de copias de cuadros maestros. Goday fue autodidacta hasta que en el año 1948 se trasladó a Madrid para asistir a clases en el Círculo de Bellas Artes y la Academia de San Fernando. Desde entonces, el artista alternará períodos de estadía entre la capital y O Grove. Las décadas de los años 50 y 60 fueron las más prolíficas para su producción ―también en cuanto a premios se refiere―, mejorando y perfeccionando su técnica siempre bajo el mantra del impresionismo y hasta cierto poscubismo.
Hasta la fecha de su muerte, el artista meco mantuvo siempre un estilo personal que le hizo alejarse de otros movimientos pictóricos en auge (tales como el abstratismo), manteniendo las escenas marineras de su villa natal como la gran fuente de inspiración y el motivo del grueso de sus obras. En su totalidad, la producción de Ernesto Goday llegó a superar los 3.000 cuadros, repartidos en numerosas colecciones privadas y públicas por distintos países, y de los cuales, sólo cerca de 450 se encuentran localizados. El mar y sus gentes, las artes de pesca y marisqueo, los humildes barrios marineros o el paisaje de Galicia colmaron miles de sus escenas al óleo.
Su figura prevalece en O Grove
La figura del artista del mar sigue muy presente en su localidad natal. Tras su fallecimiento, la organización de la Fiesta del Marisco de O Grove le concedió la centola de ouro, un reconocimiento creado para distinguir a personas, colectivos o grupos empresariales que han favorecido a la proyección del municipio, la propia fiesta o por ser una parte destacada de la historia de la localidad. Además, el concello de O Grove también nombró "Hijo predilecto" a Goday Caamaño.
Por otra parte, cada año en el municipio se organiza asimismo un certamen artístico que lleva su nombre: el Concurso de Pintura Enersto Goday, abierto a artistas de cualquier nacionalidad y destinado a obras inéditas, con técnica libre y relacionadas con el paisaje natural o urbano de O Grove y sus gentes.