Cambados de leyenda: tres historias míticas en la memoria popular de esta villa marinera
La Torre de San Sadurniño, el Monte da Pastora y las Ruinas de Santa Mariña Dozo son los tres escenarios emblemáticos en los que se emplazan los principales mitos de la cultura popular cambadesa
17 noviembre, 2023 05:00La comarca do Salnés está repleta de historias y leyendas que entremezclan el pasado con la mitológia para explicar todo tipo de acontecimientos históricos, milagros e incluso costumbres. Hablamos de narraciones ficticias que se han ido transmitiendo de generación en generación, a lo largo de los siglos, como una especie de saber popular muy vinculado a la Galicia rural. En todas ellas suelen aparecer elementos propios del folclore del lugar, personajes y seres fantásticos, espíritus y hasta animales propios de los bestiarios locales. La sirenita gallega que vivió entre las aguas de la ría de Arousa, la cara mística de la isla de Cortegada y la figura del temible Urco o la pasarela romana de la fertilidad entre Ribadumia y Vilanova de Arousa son sólo algunos de los ejemplos más conocidos de esta comarca de las Rías Baixas.
Lo cierto es que cada localidad del Salnés alberga en el imaginario colectivo de sus habitantes ciertas historias fantásticas que en el presente forman parte de la cultura popular de estos lugares. En el caso particular de la villa marinera de Cambados nos encontramos con tres escenarios emblemáticos y muy concurridos que presentan sus propias leyendas: la Torre de San Sadurniño, el Monte da Pastora y las Ruinas de Santa Mariña Dozo.
Los moros y la Torre de San Sadurniño
A muy poca distancia del casco histórico de Cambados, en el barrio marinero de San Tomé do Mar se alza la figura en ruinas de la Torre de San Sadurniño, un auténtico reducto de historia con vistas a la ría de Arousa. Esta pequeña fortaleza medieval se emplaza en mitad del islote de A Figueira y hunde sus raíces en el siglo X, construida como parte de los antiguos sistemas de alerta y defensa marítima contra las incursiones de vikingos y normandos a Galicia. Lo más curioso de este símbolo cambadés es que, a pesar de ser uno de los rincones más visitados y estudiados de la comarca, todavía existen ciertas dudas sobre su origen y creación.
Es precisamente en esos huecos en blanco de su historia donde hay espacio para la leyenda. Según el relato popular, la Torre de San Sadurniño habría sido creada por los moros, los cuales se dice que echaron sobre las piedras que emergían del mar la tierra que transportaban en carros para crear esta emblemática muralla así como el puente de acceso, construido a base de conchas marinas. De hecho, también cuenta la leyenda que en esta fortaleza vivía un rey moro que tenía autoridad para quemar a las personas. En cuanto al nombre de la torre, este vendría dado por un Santo, conocido entonces como San Saturnino, que era venerado en una antigua capilla levantada sobre vigas en el lugar y de la que ya no quedan restos. Por último, también se dice que bajo la torre de San Sadurniño existe un pasadizo bajo una piedra sin identificar en el que se ocultaría un enorme tesoro de oro.
El castigo del cielo al templo cambadés
La localidad de Cambados destaca por ser un gran museo al aire libre que presume de un ingente patrimonio histórico y cultural. De todo su callejero local, uno de los lugares más singulares y reconocidos del municipio se encuentra a los pies del monte da pastora: las Ruinas de la iglesia de Santa Mariña Dozo, patrona de Cambados. Los restos de este antiguo templo religioso conforman hoy en día "el cementerio más melancólico del mundo", según las propias palabras del escritor Álvaro Cunqueiro. Lo cierto es que de esta capilla tan sólo se conservan cuatro arcos transversales, cinco capillas laterales, la sancristía y la capilla mayor. Y en su conjunto, estas ruinas fueron declaradas Monumento Nacional en 1943 y elegidas en 2014 como el tercer monumento funerario más importante de España.
En la cultura popular cambadesa también se escribe una relato que trata de explicar en la leyenda el aspecto actual de Santa Mariña Dozo. Según este mito, el tejado de esta iglesia medieval se destruyó por un castigo divino en respuesta a un sermón de Semana Santa en el que se habrían dicho un sinfín de atrocidades y calumnias. Sobre los arcos de las ruinas también encontramos una explicación en el saber popular, los cuales habrían resistido todo este tiempo por estar pegados con sal de las factorías de salazón de sardina que había en Cambados en la época en la que se hizo la iglesia. Al parecer, dicha sal estaría mezclada con la grasa del pescado, ofreciendo una gran resistencia que evita la caída de los arcos.
Una cueva entre A Pastora y A Toxa
Muy próximo a las Ruinas de Santa Mariña Dozo se encuentra el Monte y mirador da Pastora, el punto más alto de la villa y desde donde se pueden contemplar unas increíbles vistas del grueso de la ría de Arousa. En el lugar se ubica además un área recreativa y una bonita capilla datada del siglo XVI, del mismo nombre por su devoción a la Virgen de la Pastora. Sobre este idílico enclave en Cambados se dice que hace siglos vivieron los moros, dirigiendo desde el momento todas las maniobras de la Torre de San Sadurniño.
Sin embargo, esa no es la histórica mítica más conocida y llamativa del Monte da Pastora. Según se afirma, bajo tierra existe una cueva que va a dar a la Illa da Toxa, en O Grove. Dicho túnel subterráneo se extendería desde lo alto de la montaña, pasando por debajo de la Torre de San Sadurniño. En el presente, esta cueva se encontraría anegada por culpa de un pozo que se encuentra en el lugar de Serrido y es por eso que resulta imposible transitar por ella.
Además, la cultura popular cambadesa también recoge una tercera narración fantástica y religiosa ubicada en este escenario. Por lo visto, hubo un tiempo en el que el demonio consiguió engañar a Jesucristo y subirlo en este caso hasta el Monte da Pastora. El diablo le mostró entonces la riqueza que se divisaba desde aquella altura y le clamó a Jesús de Nazaret: "Todo el mundo te daré, menos Fefiñáns, Cambados y San Tomé".