Benito Corbal Estévez nació en 1853 en Bora, que en aquel momento era concello de Mourente. Fue contratista de obras a finales del siglo XIX, cuando la regulación del trabajo brillaba por su ausencia, y llegaron a adjudicársele obras tan importantes como la construcción de toda la cantería del puente de A Barca o la edificación de la calle que hoy lleva su nombre.
De origen humilde y fuertes convicciones, llegó a levantar todo un imperio empresarial y a participar de forma activa en la vida política de la ciudad de Pontevedra, donde fue concejal. También fue diputado en las Cortes, junto a colegas del Partido Liberal como Eugenio Montero Ríos o Manuel García Prieto.
Fue propietario del Gran Balneario de Ponte Caldelas, donde reedificó un gran hotel en el que políticos y demás personalidades de la época pasaban sus vacaciones. Su origen sencillo y su capacidad para dar empleo a muchos pontevedreses le granjearon el favor y el cariño del pueblo, que hoy lo recuerda con su calle más importante.
Contratista de buenas intenciones
La faceta más conocida de Corbal es, sin duda, la de su trabajo como contratista de obras. Gracias a él se creó a finales del XIX toda la cantería del puente de A Barca confiriéndole la idiosincrasia que tiene hoy día, combinando hierro y piedra en el puente más alto de la ciudad.
Durante la construcción de este puente fue cuando Benito Corbal se dio a conocer verdaderamente en la ciudad, pues sus obreros fueron los protagonistas de una de las primeras huelgas de las que se tiene constancia en Pontevedra. Mientras se resolvía el problema con los obreros, se decidió acelerar las obras contratando a portugueses, pero aun así estos disturbios ocasionaron grandes retrasos en la remodelación del puente, que tardó más de diez años en inaugurarse.
Finalmente se llegó a un acuerdo que prometía grandes avances en materia de derechos laborales para los contratados por Benito Corbal. El límite de horas de trabajo, la posibilidad de abandonar la obra avisando al contratista con antelación o la realización del trabajo por parejas fueron importantes beneficios para una época en la que pocos derechos se otorgaban.
También construyó el puerto de la ciudad de Cangas do Morrazo, promovió la construcción del actual cementerio de Bora y participó en la construcción del Hospital Provincial de Pontevedra.
La calle Progreso
Como personaje importante de la vida de Pontevedra, Corbal llegó a convertirse en concejal en 1894, cargo que ostentaría hasta su muerte en 1926. También fue teniente de alcalde y diputado, así como presidente de la Asociación Patronal de Pontevedra. Ocupó varios cargos en el ayuntamiento y formó parte de varias comisiones en los primeros años del siglo XX.
Fue una mezcla de sus facetas de contratista, constructor y político lo que lo llevó a adquirir el Gran Balneario de Ponte Caldelas. Reconstruyó el hotel y se encargó de que varias personalidades de la época pasasen allí el primer verano de apertura, en 1899. A pesar de que no logró hacer competencia a la reconocida isla de A Toxa, sí recibió una medalla de plata en la Exposición Universal de París de 1900 por aquella obra.
Sin duda, su mayor y más reconocida obra es la construcción de gran parte de las edificaciones modernas de la calle que lleva su nombre, que a principios del siglo XX se llamaba Progreso. Se pidió a su muerte que se le otorgase el nombre de Benito Corbal a la vía para reconocer el trabajo de un hombre al que se le atribuye una importantísima labor de creación de empleo durante sus años en activo.
Con la peatonalización de la calle en 2013, además, se ha logrado convertirla en el centro neurálgico de Pontevedra, donde se encuentra la más amplia superficie comercial y, en definitiva, una de las calles principales de la ciudad.