Situado en el centro-norte de la provincia de Pontevedra, y bañado por las aguas de los ríos Umia y Gallo, Cuntis conforma una tierra de raíces, misticismo y una fuerte vinculación al termalismo. De hecho, las Burgas o fuentes termales constituyen una parte importante del núcleo original de la localidad, alrededor del cual se ha ido asentando la población desde más allá de la época romana hasta nuestros días. Al margen de la calidad de las aguas de esta histórica villa termal, Cuntis también destaca por los numerosos yacimientos arqueológicos y frondosos bosques repletos de historias y leyendas, con una enorme diversidad de paisajes y ecosistemas, que se reparten por todo el territorio.
El alto del Monte Mesego es uno de esos lugares donde se han encontrado restos arqueológicos que nos hacen viajar en el tiempo hasta la Prehistoria o la Antigüedad. En los alrededores de Mesego también se localiza un espacio natural de gran valor conocido como A Eira dos Mouros ―también denominada laguna de Zo―, un singular lago estacional ligado a la mitología gallega, rodeado por una necrópolis megalítica y donde el croar de las ranas se ha convertido en la melodía diaria.
La leyenda da Eira dos Mouros
A Eira dos Mouros es una laguna que se resiste a morir, sobre todo en aquellas épocas en las que las lluvias abundantes permiten que este espacio natural recupere toda su belleza y esplendor. En su origen, la laguna cuntiense tenía unas dimensiones mucho mayores, pero la creación de nuevas carreteras, una plantación de eucaliptos y la incursión de los parques eólicos en la zona hizo reducir su tamaño hasta hacerla casi desaparecer. De hecho, antaño eran tres las lagunas que convivían en este punto de Mesego, aunque a día de hoy de una de ellas ya ni siquiera quedan rastros y la tercera se ha convertido en una pequeña charca. Cabe destacar que la laguna de Zo se encuentra protegida como Elemento Patrimonial Cultural ya que en el entorno se reparten varios túmulos megalíticos.
En el caso de la laguna superviviente, lo más interesante es que su historia también se encuentra ligada a la mitología gallega, en concreto a los mouros, o moros. Los mouros son criaturas feéricas del noroeste peninsular, físicamente parecidas a los humanos, pero de mayor tamaño. Estos seres habitaban en el subsuelo en guaridas y túneles bajo tierra, o bajo el agua, y se dedicaban a la minería, metalurgia y orfebrería. De ahí que fueran considerados un pueblo muy rico. Según cuentan las leyendas populares sobre A Eira dos Mouros, y tal y como el propio sobrenombre del lugar desvela, estas criaturas habrían morado también en este alto de Cuntis.
El valor ornitológico
A Eira dos Mouros también conforma un lugar de gran interés para los amantes de la ornitología y del birding, unaactividad que consiste en observar aves en sus hábitats de origen. El auge del turismo ornitológico en los últimos años ha hecho que muchas localidades gallegas hayan apostado por revalorizar esta actividad dentro de su oferta de ocio a través de la creación de rutas homologadas. Desde Os Ancares a las Fragas do Eume, o el Parque Natural de Corrubedo, son muchos los entornos naturales en Galicia en los que se puede disfrutar de esta actividad a lo largo del todo el año.
En el municipio de Cuntis, esta laguna estacional representa un lugar de enorme potencial para la proyección turística, y en concreto para este tipo de visitas, ya que el entorno acoge un gran número de especies ornitológicas, algunas prácticamente únicas en todo el oeste peninsular. Entre las clases más comunes durante la época invernal de la laguna de Zo se encuentran ejemplares como el tritón palmeado, el anfibio rey de las charcas; el ánade real, el más común de los patos nadadores; o el pato real, considerado una subespecie del pato criollo.