En la parroquia de Panxón, en Nigrán, se encuentra Monteferro, una pequeña península de roca y bosques con 150 metros de altura, rodeada de acantilados, que destaca por su gran patrimonio histórico y sus increíbles vistas de la bahía de Baiona, las islas Cíes o las islas Estelas. Su entorno privilegiado ha convertido este curioso lugar en la opción de muchos para realizar una escapada diferente a menos de treinta minutos de Vigo.
Las curiosidades en torno a Monteferro comienzan por su nombre, que no es más que la unión de "monte" y "ferro", haciendo alusión a la abundancia de hierro que compone la península, algo que pudo haber atraído a antiguos habitantes al territorio.
A pesar de no contar con una gran superficie, Monteferro posee un atractivo especial y variedad de puntos de interés. Además de ser un lugar excelente para los amantes del deporte, ya que ofrece la posibilidad de realizar caminatas, paseos en bicicleta o incluso escalada en una pista cercana; también esconde los vestigios de lo que fue un antiguo cuartel militar, un curioso faro, un gran monumento centenario y los restos de un emplazamiento romano.
Monumento a la Marina Universal
Uno de los enclaves más visitados es el gran monumento granítico de 25 metros de altura que se encuentra en lo alto de Monteferro. Representando a la Virgen del Carmen -patrona de los marineros- el Monumento a la Marina Universal o Monumento a los Mártires del Mar recibía a todos aquellos que llegaban de los mares, puesto que, gracias a su gran tamaño, era muy sencillo divisarlo desde las aguas.
Fue esculpido por el vigués Manuel Gómez Román en 1903, sin embargo, no fue inaugurado hasta 1924, durante la dictadura de Primo de Rivera. La principal razón para erigir este monumento era honrar a los fallecidos en el mar.
Restos de asentamientos con miles de años de antigüedad
En la península de Monteferro también pueden encontrarse restos de asentamientos con miles de años de antigüedad. Una esquina del territorio, a la altura de la Punta Gateira o Mexilloeira, aún conserva restos del neolítico de unos 5.000 años, conocidos como Petroglifos de As Penizas.
Esta concentración de los conocidos como "molinos naviculares" -de mano- es la más grande de toda Galicia. Se considera que estos pequeños recovecos se usaban para moler cereal u otros materiales, como minerales o plantas.
Este no fue el único resquicio de la historia antigua que se ha encontrado en Monteferro, ya que en la ladera noroeste también hay restos de un asentamiento romano. Se realizaron excavaciones arqueológicas en 1993 y se encontraron muros de mampostería con un interesante sistema de canalización de agua, materiales relacionados con la edificación y gran variedad de piezas de cerámica.
Muy cerca de los mencionados Petroglifos de As Penizas también se encuentran los restos de un cuartel militar que se instaló a finales de los años 30 en la ladera noroeste de Monteferro. No tan longevo como el resto de vestigios históricos pero con gran interés, la Batería J3 Monteferro tenía como objetivo defender la costa ante el peligro de invasión después de la segunda guerra mundial.
Se conservan varios cañones, edificios en estado ruinoso, un búnker, un polvorín y varias garitas. En los años 60, los cañones fueron desarticulados y la Batería J3 Monteferro, que pertenecía a un sistema defensivo de las Rías Baixas, fue dada de baja. Las instalaciones fueron abandonadas definitivamente en los años 80.
Mirador de Monteferro
Además de recuerdos e historia, en lo alto de este monte se encuentra una zona de mirador desde donde apreciar una de las mejores vistas de Vigo, Nigrán y Baiona. Sentarse a observar en calma las islas Cíes, las islas Estelas o la bahía de Baiona entre rocas y vegetación, supone una grata experiencia.
En Monteferro también existe la posibilidad de disfrutar de la belleza de su entorno desde un mirador un tanto especial; el famoso columpio que se convirtió en todo un éxito en el verano de 2020, escondido en una pequeña cala cercana, permite disfrutar de una visión privilegiada desde otro punto de vista.
Punta Lameda
En la parte baja de la península está la que quizás sea la zona más desconocida de Monteferro, su costa. En Punta Lameda, un promontorio rocoso que sobresale tímidamente rodeado de acantilados, se encuentra un pequeño faro con una intensa luz verde.
Esta ubicación ofrece una impresionante panorámica de los alrededores, prácticamente como si uno los estuviese observándolos desde dentro de las aguas.
Sin tener que recorrer largas distancias, también se puede realizar una pequeña ruta circular de apenas 4 kilómetros en los que visitar los rincones más interesantes de Monteferro. En tan solo una tarde se puede recorrer la península desde los petroglifos de As Penisas hasta lo más alto, el mirador de Monteferro, pasando por todas las ubicaciones que hemos mencionado.
Disfrutar en un mismo día de las vistas desde el Faro de Punta Lameda y desde lo más alto de Monteferro es una experiencia obligatoria, dos visiones diferentes de un mismo paisaje pero igual de maravillosas.