En la noche de los fuegos, celebrada la segunda quincena del mes de julio, no hay ni un hueco libre en los alrededores del barrio. El tumulto de gente se desplaza en masa hacia el paseo marítimo de Bouzas con la intención de encontrar la mejor vista al mar, sobre el que se alzan los colores de la pirotecnia. La estampa será distinta este año. Esta velada tan mágica, tan distinguida por su atractivo turístico, sufre las restricciones del coronavirus por segundo verano consecutivo. Pero aunque se pospongan los cohetes, su historia sigue viva, preparada para continuar.
Un origen poco claro
El cronista Lalo Vázquez Gil situaba la primera celebración de las Fiestas de Bouzas en 1605. Según esta hipótesis, se lanzaron fuegos al aire para festejar el nacimiento del futuro rey de España Felipe IV, alias "el Grande". Esta teoría, sin embargo, no se asienta en hechos demostrables, por lo que otros historiadores concuerdan en que el inicio de la tradición data de 1861.
El experto Justo Fernández Fandiño recuperó una carta de esa fecha escrita por el administrador de bienes de la parroquia, don Francisco Iglesias, dirigida al Obispo. En ella relataba: "En esta Villa hay una asociación religiosa que se titula Gremio de la Mar, de la que es patrona la Stma. Virgen de Los Remedios. En los nueve días que preceden al 8 de diciembre se han celebrado las novenas con la mayor solemnidad, anunciándose la primera con un repique general de campanas y un crecido número de fuegos artificiales que hacían salir de sus lugares a los habitantes".
Otros estudiosos, según señala la página oficial de Turismo Rías Baixas, creen que el origen de las Fiestas del Santísimo Cristo fue "una tragedia marítima". Ante el naufragio próximo a su villa, los vecinos habrían sacado la imagen del Cristo por las calles, acompañados con las luminarias de la época, para intentar guiar a los marineros.
Los fuegos son los protagonistas
En 2004, la semana grande del barrio boucense fue designada fiesta de Interés Turístico de Galicia. La noche de los fuegos de artificio es un espectáculo al aire libre que se puede contemplar desde los puntos más altos de Vigo como el monte do Castro. Incluso hay empresas que alquilan embarcaciones para verlos desde el mar. Según cifras de las últimas ediciones, la noche más luminosa de Vigo ha llegado a reunir a casi 25.000 personas.
La magia de los cohetes va acompañada de música y poesía. Los fuegos de Bouzas se conocen con el nombre de Festival Poético Piromusical Cidade de Vigo-Vila de Bouzas. Cada edición se conmemora a un personaje o episodio distinto de la cultura e historia de Galicia. En los últimos años, algunos homenajes han sido: el bicentenario de la proclamación de Vigo como ciudad (2010), el 150 aniversario de Cantares Gallegos de Rosalía de Castro (2013) o Julio Verne y la ría de Vigo (2018).
Desde hace unos años, la empresa encargada de la pirotecnia es Xaraiva, una compañía de Verín cuyo trabajo ha sido valorado a través de galardones como el 1º Premio XII Concurso de Fuegos Artificiales Ciudad Valladolid 2013.
Incidente en 2019: vehículos calcinados y un juicio ya resuelto
El verano previo a la pandemia, la velada pirotécnica de Bouzas sufrió un imprevisto. Sobre las diez de la noche comenzó un incendio en la terminal de vehículos de la Zona Franca, situada al lado de donde se celebraban las fiestas. La causa había sido el lanzamiento de bombas de palenque durante la lectura del pregón, que el viento condujo hasta el aparcamiento.
Los daños ocasionados en la dársena fueron 16 coches calcinados y un centenar más afectados. La Autoridad Portuaria de Vigo y PSA (dueños de la mayoría de vehículos dañados) presentaron una denuncia contra la empresa encargada de los fuegos de artificio. En marzo de este año, el dueño de la pirotecnia acusado por el incidente fue absuelto.
Cinco días de celebraciones y de tradición
Si bien la pirotécnica es un emblema de las fiestas de Bouzas, el evento dura casi una semana y está repleto de actividades. Algunas, como la competición de faluchos o la Noche de los "Cavalleros", son también símbolos de la historia del barrio.
Un falucho es una embarcación típica de la zona, construida a partir de latas de bidones de aceite y restos de madera, entre otros materiales. En los años 20, los jóvenes boucenses los utilizaban para pescar en la orilla, recoger objetos del mar y sobre todo, como apuntan desde la Asociación de Marineros de Bouzas, para hacer regatas y competir entre ellos. A pesar de que la tradición se perdió a finales de los 50, en 1991 se recuperó. Cada año las carreras atraen la atención de los espectadores durante la semana del Cristo.
Por supuesto, además de estas tradiciones, en las fiestas de Bouzas hay espacio para las orquestas, las atracciones y ese ambiente de verbena que huele a garrapiñadas y algodón de azúcar.
La pandemia apaga las Fiestas de Bouzas un año más
Las verbenas de verano más populares de Vigo, celebradas en los barrios de Coia, Bouzas y San Roque, tampoco podrán celebrarse en 2021. Desde la Junta de la Organización de las Fiestas de Bouzas explican que "no hay forma de llevar a cabo el evento" controlando el cumplimiento de los aforos y el protocolo sanitario.
Los únicos resquicios de la celebración serán algunos actos religiosos, entre los que no habrá siquiera procesiones. El espectáculo pirotécnico y las demás celebraciones de la semana del Cristo de los Afligidos, al ser citas al aire libre abiertas a todo el mundo, dificultan el control de aforo que sí ha permitido la vuelta de los conciertos.
Ya son dos veranos sin fuegos de Bouzas. Toca esperar a que en 2022 la noche viguesa pueda encenderse de nuevo con música, luces y cohetes para celebrar por fin todas las fiestas que han quedado pendientes.