El callejero de una ciudad habla de la historia del territorio, de su cultura y la del propio país en el que se encuentra. Muchas veces los letreros de las calles pasan desapercibidos a nuestros ojos cuando paseamos o no se nos ocurre pensar el por qué de cada uno. Conocemos la denominación de los sitios, pero pocas veces sabemos el motivo de esa elección.
El plano de Vigo, compuesto por casi 2.000 calles, dice mucho sobre los referentes de una sociedad, y analizándolo, descubrimos que existen muy pocas figuras femeninas entre ellos. ¿Acaso no hubo mujeres con un papel lo suficientemente relevante como para dedicarles una travesía?
Sabemos la respuesta a esa pregunta. Claro que hubo mujeres importantes, pero siempre se nos ha enseñado el lado masculino de la historia. Las calles actúan como espejo de la sociedad, de la forma de pensar, y también está en nuestra mano cambiar lo que consideremos injusto. Existen iniciativas como #MerezcoUnaCalle o GeoChicas que ponen el foco en esta forma de desigualdad y reclaman una representación femenina más justa en las ciudades.
La ciudad de Vigo en datos
En varias urbes españolas se ha detectado ese desequilibro en los nombres de sus mapas. Según un estudio publicado por El Español y elaborado por investigadores de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, solo el 12’1% de las calles de España estaban dedicadas a una figura femenina.
Vigo tiene 1.762 viales, como recogió Daniel Antomil Pérez en el libro De los nombres de las calles de Vigo, editado en el 2015. Es importante entender que entre tal cantidad de nombres, no todos están dedicados a personajes históricos. Muchas calles se nombran de determinada manera por cosas tan nimias como un árbol o una característica de las casas de la zona.
Así, de todo ese listado, se extraen alrededor de 48 nombres de mujeres. Algunas no tienen apellido; por ejemplo, Rúa de Dona Fita o Camiño da Felisa, que simplemente pudieron ser las propietarias de una finca del barrio, como indica Antomil Pérez en su libro. O algunas calles con nombre de mujer quedaron en mera fantasía, como la inexistente Avenida Beatriz.
Calles, mujeres y memoria histórica
La lista de caminos, plazas, avenidas o jardines con nombre femenino en la ciudad de Vigo roza el medio centenar, una cifra muy inferior en comparación a la de los personajes masculinos representados en el callejero. Además, una decena de ellas ni siquiera son figuras históricas, sino vírgenes o santas, como la Rúa del Pilar, la Rúa María Auxiliadora o la Rúa Fátima.
En el caso de las calles "masculinas", vemos una mayoría que homenajea a arquitectos, doctores o políticos. Dentro de la lista de mujeres del plano vigués se encuentra Clara Campoamor, abogada y política que luchó a favor del sufragio femenino; Olimpia Valencia, primera gallega en licenciarse en Medicina y ejercer la práctica de ginecología; o Urania Mella, política viguesa y miembro de la Agrupación de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo.
Muchas de las mujeres representadas en las placas de nuestras calles son víctimas o exiliadas del franquismo. Margarita Bilbatúa Zubeldia huyó a Francia al estallar la Guerra Civil, después de que el bando nacional asesinara a sus tres hermanos. Rosario Hernández Diéguez era una joven sindicalista capturada y torturada en un cuartel de la Falange en el 36; su cuerpo fue hallado en la ría de Vigo, casi a la altura de las islas Cíes. Solo tenía veinte años. Podemos sumar a esta lista a Carmen Miguel Agra o a Ángela Iglesias Rebollar.
Artistas y nobles
También están presentes las mujeres dedicadas a la educación, como Josefa Estarque Vila, profesora de música; Obdulia Simón o Antía Cal, distinguida educadora que fundó en 1961 su propio colegio, llamado Rosalía de Castro, en la calle Pizarro (hoy sus instalaciones se encuentran en la parroquia de Bembrive).
Y por supuesto, hay representación de artistas: Emilia Pardo Bazán, Rosalía de Castro, la pintora Julia Minguillón, la escritora María Xosé Queizán (da nombre a un parque), Maruja Mallo (homenajeada con una plaza) o la poeta Xohana Torres.
Otras son antiguas miembros de la nobleza o de la alta burguesía, como Inés Pérez de Ceta, Purificación Saavedra o la Condesa Casa de Bárcena.
Vanessa Lage, una de las últimas mujeres representadas
En el 2016 se sumó el nombre de Vanessa Lage al callejero de Vigo. Lage era una policía de la Unidad de Prevención y Reacción de la ciudad. Tenía 36 años cuando murió en 2014 en pleno servicio, interviniendo en un atraco a una sucursal bancaria en el barrio de O Calvario. Allí es donde ahora se puede ver la placa con su nombre, homenajeando a esta mujer que dio su vida por salvar la de otros.