En Vigo, muchas veces las distancias no se miden en metros o kilómetros, sino en las pendientes que hay que superar para llegar al destino. Es decir, que más que un metro, un transportador de ángulos sería la mejor herramienta para tener a mano.
En el centro de la ciudad, una de las calles que une longitud con pendiente más pronunciada es la Gran Vía; una pendiente que, al menos en un tramo, queda solventada con las rampas mecánicas: Desde el cruce con Urzaiz y la Plaza de América, la avenida mide algo más de 2,15 kilómetros. Algo más, pero sin la dificultad de tanta inclinación, se prolonga la Travesía de Vigo, que supera los 2,3 kilómetros. En la zona del puerto, la Avenida de Beiramar ronda los 2,50 kilómetros; y la Avenida de Castrelos, otro ejemplo, tiene una longitud de 3,6 kilómetros desde Plaza de América hasta su conexión con la Carretera de Valadares.
Pero ninguna de ellas es la más larga de Vigo. De hecho, ni siquiera están entre las 10 más largas de la ciudad. En Treintayseis, con el metro virtual proporcionado por Google Maps, os enseñamos cuáles son las cinco calles más largas de Vigo, varias de ellas con la denominación de "carretera".
Carretera de Camposancos
En el puesto número 5, la Carretera de Camposancos, que mide un total de 6,8 kilómetros. En este caso, partimos desde la rotonda en la que desembocan las avenidas de la Florida y Citröen, al lado del río Lagares, para comenzar un camino que, en su primer tramo, está repleto de concesionarios de automóviles.
Atraviesa la parroquia de Coruxo, la de Pedreira, incluye Oia en su trayecto, atraviesa el regato do Lavadoiro y finaliza poco antes del río de Saiáns, en una rotonda que, a continuación, modifica su nombre por el de Avenida Pablo Iglesias.
Avenida do Aeroporto
El cuarto puesto es para la Avenida do Aeroporto, con 7,15 kilómetros, que arranca en la rotonda que confluye con la calle Aragón y que transcurre por el trazado de la antigua N-556, que ahora solo dispone de un kilómetro tras la transferencia de un tramo urbano y el Primer Cinturón que llevó a cabo el Ministerio de Fomento en 2005 al Concello de Vigo.
Como su nombre indica, desemboca en el aeropuerto de Peinador, además de pasar por parroquias como la de Sampaio.
Avenida de Madrid
El tercer escalón del podio es para la Avenida de Madrid, con 7,70 kilómetros. Es una de las entradas a la ciudad y parte desde la Plaza de España, compartiendo gran parte de su recorrido con la denominación de A-55 y conecta la ciudad con O Porriño.
Pendiente de una de las humanizaciones más importantes del Concello, que se espera a finales de este año, se trata de una de las áreas comerciales en crecimiento del municipio con el polígono de A Gandariña y la mayoría de los concesionarios de vehículos.
Estrada Clara Campoamor
La medalla de plata es para la Estrada Clara Campoamor, con poco más de 8,25 kilómetros. Parte desde la confluencia con la Avenida de Castrelos, de la que transcurre en paralelo hasta el Hospital Álvaro Cunqueiro, una infraestructura que le ha dado mayor carga de tráfico en los últimos años.
A partir de ahí, su recorrido se prolonga hasta desembocar en otra de las instalaciones que le aporta más tráfico: el campus de la Universidade de Vigo.
Avenida Ricardo Mella
La medalla de oro es para los 8,60 kilómetros de la Avenida Ricardo Mella. Parte desde la rotonda con la calle Caramuxo y transcurre su primer tramo en paralelo al Lagares y a la Autovía de Circunvalación.
Es una de las principales vías que llevan a las playas y que conecta con el concello de Nigrán; en su trazado pasa por Canido, con la antigua parada del tranvía como referencia, Oia, Saiáns y Prado, donde, a la altura de la playa dos Muiños, termina su recorrido en la rotonda que da paso a la Estrada Pola Vía.
Cinco calles que tienen varios puntos en común: sea cual sea su denominación, ocupan trazados en parte de su recorrido de carreteras, de ahí su longitud; pasan por varias parroquias de la ciudad, e incluso llegan hasta otros municipios; y siempre parten desde una zona urbana para extenderse hacia las afueras.
En todo caso, están lejos de las más largas de España, 19 kilómetros del Paseo de La Manga, en La Manga del Mar Menor; los 13 de la Gran Vía de les Corts Catalanes, en Barcelona; o la calle Alcalá de Madrid, con 10,5 kilómetros. Todas ellas, además, con tramos urbanos en su práctica totalidad. Ahora sí, en pendiente, seguramente no podrían competir con las de Vigo.