En 1987, dos mujeres italianas revolucionaron España. Por un lado, Sabrina Salerno, cantante exuberante que saltó a la fama, primero, en el programa Un, dos, tres, y, en la Nochevieja de ese mismo año, después de que se le saliera un pecho en plena gala de Televisión Española. Cuentan que, como el programa estaba grabado semanas antes, se acordó con el manager de la italiana que las imágenes no aparecerían en el montaje final. Lo cierto es que la imagen se emitió, causando, por un lado, un escándalo nacional y, por otro, dando gran notoriedad a la cantante.
Mientras en las radios sonaba insistentemente Boys (Summertime Love) y Hot Girl, el tema con el que Sabrina había tenido el polémico percance, otra italiana salía a la palestra; se trata de Ilona Staller, húngara de nacimiento y más conocida por su nombre artístico Cicciolina. Ya, en 1985, había sido la protagonista del primer desnudo integral femenino en la televisión española, algo que ocurría, también, en una gala de fin de año.
La figura de esta actriz porno fue creciendo en popularidad a lo largo de los meses, por sus películas para adultos pero, especialmente, porque en 1987 fue elegida diputada de la cámara italiana por la lista del Partido Radical. Ocupó el cargo hasta 1992, presentó 12 proyectos de ley, casi todos relacionados con la educación sexual en el país, y en 1990 se ofreció a acostarse con Saddam Hussein para evitar la Guerra del Golfo.
En su currículum también destaca, como aseguró en una entrevista, haber trabajado para los servicios secretos húngaros cuando trabajaba en un hotel de Budapest para espiar a políticos y empresarios estadounidenses. Su carrera política terminó tras presentarse con otra actriz porno, Moana Pozzi, como candidata por el Partido del Amor, pero en este caso no salió elegida.
El reclamo para la reapertura del Telmo’s
En 1987, Cicciolina fue la elegida para promocionar la reapertura del club Telmo’s, un conocido local de alterne o barra americana, según qué fuentes, en la calle Fermín Penzol, donde ahora se ubica el Sinatra. Estaba regentado por Telmo Domínguez, uno de los empresarios de la noche viguesa más conocido, que presumía de amistad con Julio Iglesias y por cuyo local pasaron Paco Rabal o el Dioni, además de otras personalidades de la ciudad, que, dicen las crónicas, eran habituales clientes.
El 29 de noviembre aterrizó en Peinador ante la presencia de múltiples medios, a los que Cicciolina pedía que no se acercasen demasiado. Telmo Domínguez fue el encargado de trasladarla hasta el centro de la ciudad desde el aeropuerto en un descapotable rojo que él mismo condujo. La italiana, hizo el recorrido despojada de su abrigo rosa y con un vestido blanco que, durante el trayecto, no dudó en bajarse para mostrar los pechos a todo aquel que se cruzaba en su viaje.
Cámaras y fotógrafos acompañaron al descapotable rojo en un camión para inmortalizar la estampa al tiempo que un reguero de coches y motos seguían el rastro de la actriz porno haciendo sonar el claxon a modo de celebración del insólito momento.
Hotel Bahía, Náutico y nuevo paseo en descapotable
La italiana se alojó en el hotel Bahía y, antes de acudir a su espectáculo en la reapertura del Telmo’s, que había estado en obras, y tras dar una rueda de prensa a los medios, salió acompañada por Telmo hasta la zona del Náutico. Allí posó para las cámaras con su abrigo rosa y su peluche del mismo color para, después, volver a mostrar los pechos rodeada de miles de curiosos de todas las edades que se habían ido congregando en la zona, al correr la noticia como la pólvora.
No logró, eso sí, que el alcalde de Vigo de la época, Manuel Soto, la recibiese en el Concello, que tampoco acudió al condumio que se organizó en su honor, algo que disgustó a Cicciolina por su condición de diputada y aseguró que solo le había ocurrido esto en España, tras no ser aceptada, tampoco, en el Congreso de los Diputados en Madrid días antes.
El menú ofrecido a la italiana fue, según los medios de la época, toda una muestra del producto del mar local y una extraña mezcla solicitada por Telmo Domínguez: empanada gallega y pizza. Después, volvió el descapotable a la calle para realizar un nuevo viaje con los pechos al aire por el centro de la ciudad.
Actuación con censura… para los medios
A la actuación, ya de noche, en el Telmo’s, acudieron de nuevo los medios, aunque bajo la amenaza de no poder publicar ninguna imagen sobre lo que allí sucedía o se encontrarían con una demanda, según el manager de la italiana, que paraba el espectáculo cada vez que cualquier persona del público se acercaba demasiado al escenario. Según los medios de la época, Cicciolina cobró, antes de comenzar su espectáculo, 1.250.000 pesetas y el precio de la entrada fue de 3.000 pesetas. En ambos casos, cantidades muy elevadas para la época.
El año 1987 comenzó en Vigo con una histórica nevada, agonizó con el paseo de una actriz porno semidesnuda por las calles de la ciudad en un descapotable rojo y remató, la última noche del año, con un destape que ha quedado para la historia de la televisión. A pesar de haber pasado 35 años, será complicado que no quede grabado en la memoria de muchos vigueses otros 35 más.