Ocurre muchas veces que cuando uno piensa en hacer un gran viaje, en trasladarse a algún lugar lejano para sumergirse una nueva cultura, un país de costumbres diferentes o una urbe que siempre hemos querido visitar, sobrevuela la idea de si realmente conocemos bien lo que tenemos más cerca.
En ocasiones, no es necesario recorrer kilómetros y descubrir una ciudad de nuestro propio país en la que nunca hemos estado, o moverse a ese lugar de la región que habitamos que no logramos sacar de nuestra lista de deseos... A veces, mucho más de lo que creemos, es la propia ciudad en la que residimos la que ofrece, como un organismo vivo que cambia y se adapta al devenir del mundo, numerosos ricones ocultos y desconocidos que, si bien pueden pasar desapercibidos, merece la pena visitar.
En la ciudad olívica, la mayor de toda la comunidad gallega, existen también algunos recovecos que quizás muchos no conozcan. En Treintayseis, hacemos hoy un breve recorrido por algunos curiosos rincones de Vigo que puede sorprendan a más de uno. ¿Conoces, por ejemplo, la calle más estrecha de la ciudad?
Calexón do Chinito
A pesar de encontrarse en pleno centro de la ciudad, seguro que son muchos los que jamás se habían percatado de su presencia. A la altura del número 70 de la calle Arenal, se encuentra el Calexón do Chinito, la calle más estrecha de Vigo. Pasar entre sus paredes y recorrerla hasta el final puede ser, sin duda, una nueva experiencia para muchos vigueses que se preguntarán, ¿cómo no me había fijado antes en esta calle?
Según señala Daniel Antomil en su libro Odonimia de la provincia de Pontevedra: Vigo, este pequeño callejón apareció por primera vez en un callejero en el año 1954, y su nombre podría deberse a un bar que hubo en la zona.
Aunque para mapa virtual del siglo XXI por excelencia, Google Maps, esta calle es inexistente, desde 2014 cuenta con una placa identificativa intalada por el Ayuntamiento de Vigo.
Magia en la calle dos Poboadores
Sin duda, este rincón oculto de la ciudad de Vigo, entre el paseo de Alfonso XII y el Barrio do Cura, es uno de los lugares con más encanto de la ciudad. Si su visita coincide en una tarde soleada donde los rayos del sol se cuelan entre los árboles de la zona, se produce la magia en este lugar que esconde la fuente más antigua de la ciudad y un antiguo lavadero que lo dota de un aura especial.
En la calle dos Poboadores se sitúa así la Fonte da Barroca, una de las 350 fuentes catalogadas en la ciudad. Tal y como explica el Consorcio del Casco Vello, se trata de una fuente que se nutre de un manantial natural, sin conexión a ninguna obra hidráulica, por lo que desde hace años su agua no es apta para el consumo humano. "El nombre de la Barroca no tiene nada que ver, al parecer, con el movimiento artístico que caracterízó el siglo XVI, ni con las perlas irregulares portuguesas, sino que deriva de la raíz galaico-leonesa-portuguesa Barrouca que se refiere a zonas barrancosas".
Pasadizos en O Castro
Situados en la fortaleza histórica del monte O Castro, el punto de origen de la ciudad de Vigo, se encuentra esta galería subterránea que, tras un importante trabajo de musealización y una inversión de casi 1,5 millones de euros, abrió sus puertas a la ciudadanía a finales del pasado ejercicio.
Las visitas, que incluyen además de los pasadizos la Plaza de Armas y el viejo polvorín, son gratuitas y la reserva puede realizarse a través del teléfono de información del Concello de Vigo 010. Una magnífica oportunidad para sumergirse en la historia de la ciudad a través de una experiencia diferente.
A bordo del Nautilus
La ría de Vigo y el afamado escritor Julio Verne quedaron unidos pasa siempre gracias a su obra 20.000 leguas de viaje submarino, en la que el capitán Nemo, a bordo del Nautilus, navegó por la ensenada de San Simón en busca de preciados tesoros de la flota hispano-francesa tras la Batalla de Rande.
Los homenajes de la ciudad olívica al maestro de la literatura universal son diversos, si bien, uno de los últimos, constituye también una oportunidad para disfrutar de los fondos marinos de nuestra ría de una forma curiosa.
En marzo de 2023 se inauguró el visor submarino Nautilus, un observarotio impulsado por el Puerto de Vigo que tiene como objetivo analizar el desarrollo de los puertos azules donde se minimiza el impacto negativo en el medioambiente y se crean nuevos hábitats, así como generar un nuevo punto de interacción con la ciudadanía. Puede vistarse de forma gratuita los viernes en horario de 16 a 20 horas y los sábados, domingos y festivos de 10 a 13 horas y de 16 a 20 horas.
Un dulce final de ruta
Para acabar este recorrido de rincones especiales de la ciudad olívica, por qué no pasarnos por el local de Chiyu. Se trata de la única panadería japonesa de Vigo y cuenta, entre sus productos más demandados, con los famosos melonpan, un dulce japonés que nadie se debería perder.
Sen Japanese Bakery abrió sus puertas en el Casco Vello (en el número 1 de la Travesía do Franco, ) en 2022 y se ha convertido en un entrañable local en el que degustar algunos manjares típicos de la gastronomía nipona.