Un estudio de la UVigo: "Los lobos acosan a las caperucitas a través de las pantallas"

El estudio "Carapuchiña e a pantalla feroz", realizado con la financiación de la Cátedra de Feminismos 4.0 de la Diputación de Pontevedra y la UVigo y liderado por el grupo de innovación docente GTiCH (Group for Teaching Innovation on Children´s Literature) señala que el lobo feroz espera a sus víctimas escondido en las redes sociales. "Las caperucitas del siglo XXI no se libran del acoso de los lobos a través de las pantallas".

El equipo de investigadoras del GTiCH está formado por Lourdes Lorenzo, Veljka Ruzicka, Sonsoles Facal, Beatriz Rodríguez y Ana Pereira.

Para realizar este estudio, con el objetivo de analizar el lenguaje de preadolescentes y adolescentes en las redes sociales, se realizaron encuestas en tres institutos gallegos y los clubes de lectura con adolescentes en Espazo Lectura, Down Vigo y Centro Juan María. Estos dos últimos, centros dedicados a la atención y formación de personas con discapacidad cognitiva o intelectual.

Entre los resultados, se ha determinado que no hay diferencia en el uso de neologismos entre chicos y chicas, entre los que destacan formas sexistas o acrónimos que cosifican a la mujer; en el caso de aquellos que tenían una discapacidad intelectual, se comprobó que hacen un menor uso de las redes sociales, más pasivo y limitado, con prevalencia de las imágenes.

El estudio también destaca a una "clara hipersexualización de la sociedad" y en el caso de las nuevas generaciones, "reciben ya el calificativo de pornonativas". De hecho, los encuestados coinciden en que "la mayoría de la gente a la que siguen (influencers) son figuras hipersexualizadas" y señalan que las fotos que obtienen más likes son aquellas que aparecen, especialmente las chicas, "poniendo morritos".

Sobre la violencia de género, los participantes en el club de lectura relataron experiencias directas o indirectas que vivieron, que cuentan con un léxico ya definido, como sexting, sextorsión o sugarpic. Sobre la fórmula para tratar de corregir estas conductas, las investigadoras señalan "la prevención" como el principal camino, especialmente a través de actividades en los centros escolares.