La vuelta al cole tras las Navidades 23-24 vino acompañada de una nueva normativa autonómica en lo que respecta al uso del teléfono móvil en los centros escolares. Así, el 8 de enero los colegios gallegos (tanto públicos, como privados y concertados) iniciaron una nueva etapa que, en general, ha sido bien recibida por la comunidad educativa.
Cabe destacar que el Gobierno autonómico implantó ya en 2015 la prohibición del teléfono móvil en el interior de las aulas, salvo para cuestiones estrictamente académicas y bajo la supervisión de los docentes. Además, aunque hasta 2024 no entró en vigor la nueva normativa, que amplía esta medida a la totalidad de las instalaciones de los centros educativos, el 75% de los colegios e institutos ya habían vetado el uso de estos dispositivos durante toda la jornada lectiva.
Ha pasado justo un mes desde que la normativa se ha hecho efectiva y hemos hablado con varios centros educativos para que valoren la implantación de esta medida y la adaptación de los menores a la nueva situación. Como era de esperar, la interacción entre los alumnos se ha incrementado, sin embargo, la sorpresa, común en los colegios gallegos consultados, ha sido la facilidad con la que los jóvenes han aceptado la prohibición del uso de los teléfonos en los centros, si bien, algunos docentes destacan que la costumbre en el uso durante el tiempo de ocio juega en contra en algunas ocasiones y cómo hay que recordar a veces la nueva medida.
Tal y como explica la directora del IES Urbano Lugrís de A Coruña, África López, el debate sobre el uso de los móviles en los centros es algo que ya llevaba tiempo sobre la mesa. Si bien algunos docentes apostaban por la educación en el buen uso de los dispositivos, y no por la prohibición, con el tiempo, y antes de que entrara en vigor la norma autonómica, ya se habían decantado por evitar la utilización de los teléfonos en el centro.
"Había niños que en recreo solo miraban la pantalla"
"Cada vez teníamos más incidencias que tenían que ver con un mal uso de los móviles y, sobre todo, observábamos que en los recreos había muchos niños que solamente miraban la pantalla, que no interaccionaban", afirma la directora del centro coruñés, que decidió adelantarse a la norma y llevar el tema al Consejo Escolar donde finalmente se aprobó la prohibición, poco antes de que llegara la normativa.
El trabajo para dar luz verde a la medida fue intenso, un debate sano con todos los grupos de interés, la recomendación a los profesores de no usar el móvil más que en la sala de docentes, el apoyo de las familias para que no enviasen mensajes a los alumnos en horario escolar, y un sinfín de argumentos para que los alumnos comprendieran que la medida estaba basada, fundamentalmente, en su bienestar y protección.
"Hubo bastantes voces que nos decían que iba a ser difícil llevarlo a la práctica porque no nos iban a obedecer, que iba a haber mucha problemática, pero teníamos de referencia algún otro instituto que lo había implantado y pensamos que no pasaba nada por probar", apunta África Lopez.
Las primeras semanas decidieron ser poco sancionadores y la respuesta, según explica la directora del Urbano Lugrís fue una sorpresa: "Gestionarlo fue más fácil de lo que esperábamos". África López asegura que "la mejoría fue inmediata. Ahora están los grupos de chicos y chicas hablando, pasean por un jardín que tenemos y charlan. También tenemos más participación en algunas actividades que ya teníamos, y hemos comprado algunos juegos más para que puedan usarlos en su tiempo de ocio".
En el caso del IES Ferro Couselo de Ourense, se cumplía con la normativa vigente de la Xunta de Galicia de 2015 pero no eran más restrictivos con el uso de los teléfonos hasta que llegó, el pasado 8 de enero, la nueva medida. "Entendíamos que si, de forma natural, los padres son los dueños de las líneas telefónicas y los que compran habitualmente los móviles, si ellos consideraban que el niño tenía que estar con móvil, nosotros aceptábamos esa situación", señala la directora del centro ourensano, Ana Gómez.
"Eso no significaba que el centro tuviera una libertad absoluta para el uso del móvil. Era el uso correcto del móvil solo en los tiempos de descanso y no en todos los lugares. Solo se podía usar en la cafetería y en el patio; en ningún momento había un uso indiscriminado del móvil", añade.
Cuando parecía que iba a llegar la nueva normativa, el centro se encargó de avisar a las familias, y el primer día de clase tras las navidades, los docentes se encargaron de recorrer las instalaciones recordando que había entrado en vigor esta medida. "Muchos padres ya lo sabían y un porcentaje altísimo de niños no trajo el móvil al colegio y no notamos un rechazo ni un problema importante. Es más, nos sorprende muy gratamente la aceptación que tiene a nivel de toda la comunidad", cuenta Ana Gómez.
Respecto al reflejo de la medida en el centro, Ana asegura que se ha notado, pero recalca que nos pasaría lo mismo a los adultos, que también pasamos mucho tiempo tras la pantalla. "En este sentido los niños no son diferentes. Cuando tú le quitas el móvil, los niños buscan otra alternativa, claro que juegan más, claro que hablan más. Sustituyen un tiempo y una actividad por otra e interactúan más; eso se ha notado, claro", dice.
Sobre la mayor interacción de los jóvenes en el tiempo de ocio coincide también la vicedirectora del IES de Teis, en Vigo, Ana Castro. "Hablan más, juegan más y salen más al exterior", explica, y añade que, si bien algunas veces hay que recordar la nueva normativa, los jóvenes se disculpan enseguida y guardan el teléfono de forma inmediata. "Hemos tenido que requisar muy pocos teléfonos desde que se impuso la nueva normativa, pero a veces te das cuenta de que les cuesta porque lo cogen casi por inercia".
En este instituto de Vigo el móvil estaba ya prohibido desde el pasado curso en numerosos lugares y solo se permitía en "el patio cubierto y en el exterior durante el recreo".
Las tres directoras de los centros gallegos coinciden también en la importancia de que las familias apoyen esta medida para que sea realmente beneficiosa para los alumnos y, entre todos, se busque la mejor forma de proteger a los menores.
Ana Castro cuenta como anécdota la sorpresa que se llevaron los docentes el pasado curso al querer hacer durante una clase una prueba piloto para dejar el teléfono en una cajita antes de entrar en el aula. "Era solo una prueba y los alumnos tenían que traer una autorización firmada para llevarla a cabo. Nos sorprendió la cantidad de padres que no la firmaron. Muchos no estaban de acuerdo con que el centro tuviera ese control", sostiene.
Sí a las nuevas tecnologías en el aula
Si bien la medida pionera adoptada por la Xunta de Galicia ha sido bien acogida y valorada en la comunidad educativa, la integración de las nuevas tecnologías en el modelo educativo y su utilización en las aulas es también un hecho.
El trabajo con ordenadores y el uso de aplicaciones para trabajos en el aula, siempre supervisados y aprobados por el docente, es una realidad en el día a día de los estudiantes y, además, algo positivo ya que forma parte de la vida, del mercado laboral y cualquier ámbito de nuestra vida.
"Estamos a favor de las nuevas tecnologías, pero siempre con un buen uso", asegura África López. La directora del centro coruñés asegura que, aunque no haya que volver a un mundo sin móviles, también explican a los chavales la necesidad de "despertar la inteligencia". "El GPS es maravilloso, pero también hay que tener un mínimo de orientación; la calculadora también, pero hay que saber un mínimo de cálculo. Esto es lo mismo: tenemos que saber comunicarnos sin móviles y divertirnos sin móviles", apunta.
Estudios avalan la medida
Desde la Consellería de Educación aseguran que después de este primer mes de la entrada en vigor del protocolo de la Xunta de Galicia que amplía la prohibición del uso del móvil en los recintos escolares, "la valoración que hacemos es muy positiva".
"Es una medida que fue muy bien recibida por el conjunto de la comunidad educativa y, prueba de eso, es que se implantó con total normalidad y sin ningún tipo de incidencias. Por lo que no podemos estar más que satisfechos", ha señalado a este medio el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, quien mostró también su conformidad con "que el Ministerio de Educación haya cambiado de idea y haya decidido incorporar también esta medida con la que Galicia se anticipó y que creemos que va en el buen camino".
Román Rodríguez ha recordado también que hay estudios recientes avalan que la limitación de los móviles en los colegios "reduce el acoso escolar e incide favorablemente en los resultados académicos de los estudiantes".