Más conocido como el gran artista de la luz y el color (del Mediterráneo), Joaquín Sorolla (Valencia, 1863- Cercedilla, 1923) desarrolló una brillante e internacional trayectoria artística que lo llevó a convertirse en uno de los grandes maestros de la pintura española de entre finales del siglo XIX e inicios del XX. En el caso particular de figura en el extranjero, América descubrió el arte y talento infinito del pintor valenciano ya en el año 1909, tras su primera exposición en la Hispanic Society of America de Nueva York. De aquella exitosa conquista ―que incluso batió récord de visitantes― surgió un particular encargo que supuso para Sorolla uno de los mayores retos pictóricos de su carrera. Un encargo que permitió, del mismo modo, trasladar toda la belleza y el encanto de Vilagarcía de Arousa al otro lado del Atlántico.
Aquel mismo invierno de 1909 Joaquín Sorolla se encontraba en pleno apogeo de su trayectoria artística cuando el filántropo estadounidense, Archer Milton Huntington, requirió de sus servicios para la realización de un serie pictórica sobre la riqueza popular de las distintas regiones de España, la cual sería expuesta en 1915 en una moderna galería de su fundación, la ya citada Hispanic Society of America. Lo cierto es que el reputado millonario se reconocía a si mismo como un enamorado de la cultura española y del arte de Sorolla, al cual había conocido apenas un año antes en una exposición del pintor en las Grafton Galleries de Londres, donde ya era presentado como "el mejor pintor vivo del mundo". De hecho, cabe destacar que Milton Huntington erigió en Nueva York, la ciudad más poblada de Estados Unidos, el museo que alberga la mayor cantidad de elementos artísticos españoles (joyas, libros, esculturas, pinturas…) fuera de nuestras fronteras.
¿Por qué Vilagarcía fue una musa para el arte de Sorolla?
17 comunidades y dos ciudades autónomas (Ceuta y melilla) conforman la organización territorial de España desde el año 1978. Tanto en las divisiones anteriores como en la actual, cada una de las regiones españolas cuenta, y ha contado, con unos rasgos particulares y característicos que se mantienen reflejados en elementos tan importantes como los propios monumentos y ciudades, las fiestas y tradiciones e incluso la gastronomía. Es precisamente esa variada idiosincrasia española que da forma al puzzle cultural del país la que Archer Milton quería que Sorolla retratase en sus lienzos. El artista valenciano decidió entonces recorrer el territorio de norte a sur para pintar sobre el terreno la visión más personal y cercana que él tenía sobre España. De aquel viaje trascendental surgieron 14 colosales paneles que dieron sentido a ese conjunto artístico sobre el país de entonces, siendo Galicia una de las regiones escogidas para ser expuesta en Estados Unidos.
Pero, ¿por qué Sorolla eligió representar Galicia con una mirada a Vilagarcía de Arousa? Según el propio maestro valenciano, esta localidad gallega enmarcada en las Rías Baixas le pareció un rincón ideal para llevar a cabo su cometido por ser más popular y por su hermoso horizonte. "Deseo caracterizar el escenario de mi cuadro con el fondo de esta bella ría", llegó a declarar en aquel verano de 1915 en el que estableció su estudio en el área boscosa del Pazo de Vista Alegre. "Un lugar tranquilo y soleado en el que poder trabajar a la vista de los modelos vivientes que buscaré entre las gentes del campo y el mar", reconoció al periódico Galicia Nueva, editado en Vilagarcía de Arousa a principios del siglo XX. Durante los dos meses que el pintor residió con su familia en la capital arousana, Joaquín Sorolla recorrió las avenidas, mercados y alrededores de la villa hasta encontrar el lugar y las personas que quedarían retratadas para siempre en el cuadro-mural de "La Romería", un lienzo repleto de simbolismo, de tres metros de ancho por tres y medio de alto, que inmortalizó para siempre la vida y cultura de Galicia en aquella exposición coral de Nueva York que todavía hoy vibra con fuerza en el interior de la Hispanic Society of America.
Una visión de España
La Visión de España, también conocida como Las Regiones de España, conforma un pintoresco conjunto de 14 grandes paneles al óleo firmados por el maestro valenciano Joaquín Sorolla e inspirados en muchas de las tradiciones y costumbres populares de los distintos rincones del país. La serie pictórica que elevó a lo más alto a la figura del pintor español también al otro lado del Atlántico forma parte de un encargo realizado por el filántropo Archer Milton Huntington, fundador de la Hispanic Society of America en Nueva York. El cometido de Sorolla no era otro que el de retratar esa rica diversidad popular de las distintas regiones de España para decorar la biblioteca del edificio sede de la fundación. De hecho, el propio artista se comprometió a no entregar los bocetos preparatorios ni a exhibir las obras en ningún otro lugar antes que Nueva York. En el momento de su inauguración, la exposición newyorkina resultó ser todo un éxito entre la crítica y el público, logrando formar filas y filas de personas que esperaban su turno para ver los lienzos de Sorolla y otras tantas pinturas monumentales.
Como dato curioso, cabe destacar que la Hispanic Society bautizó al conjunto de lienzos con el nombre de Regiones de España, si bien Joaquín Sorolla prefirió cambiarlo más tarde a Visión de España, pues para el artista el sus cuadros-murales representaban una visión global de cómo él mismo veía a su país, mucho más alejado de los estereotipos románticos e incluso la realidad territorial. De hecho, llama poderosamente la atención que regiones como Asturias, Murcia, Canarias o Baleares no fuesen elegidas para formar parte de esta serie pictórica en la que sí aparecen otros lugares como Castilla, Sevilla, Aragón, Navarra, Guipúzcoa, Andalucía, Sevilla, Galicia, Cataluña, Valencia, Extremadura, Elche y Ayamonte.
Otra curiosidad sobre esta gran obra de Sorolla es que para realizarla y ceñirse lo máximo posible a la realidad, el pintor recorrió el país para pintar in situ cada una de las escenas que todavía hoy forman parte de la galería de la Hispanic Society of America. Trajes típicos españoles, festejos populares, mercados y lonjas, bailes tradicionales e incluso encierros forman parte de las escenas que después de un siglo siguen mostrando al mundo la realidad de lo que un día fue ―y sigue siendo, en algunos casos― España. Además, cabe señalar asimismo que de los 14 grandes paneles realizados, tan sólo uno de ellos refleja una escena interior: Sevilla. El Baile, 1915.
De cuando los cuadros de Sorolla regresaron a España
Es importante recordar en este punto que, por necesidades de restauración, la obra coral de Sorolla fue descolgada de las paredes de la Hispanic Society of America en el año 2008. Por entonces se decidió aprovechar aquella insólita situación para exhibir la serie en distintas ciudades españolas a lo largo de todo el año siguiente, llegando a recalar en destinos como Valencia, Barcelona, Málaga, los Museos de Bellas Artes de Bilbao y Sevilla así como también el importante Museo del Prado en Madrid. De hecho, tan sólo en el caso de esta última exposición, presentada dentro de una gran muestra antológica de las obras de Sorolla, los murales recibieron unas 465.000 visitas. Tras la breve e itinerante gira por el país, la serie de lienzos de la Visión de España regresó a la Hispanic Society en el año 2010.