Son muchos los términos que se utilizan en Galicia que pueden resultar de difícil comprensión para el resto de castellanoparlantes. Si bien es cierto que algunos se han vuelto muy populares, caso de "morriña", que ya todos conocen su significado, muchos otros son más complicados de conocer a qué se refieren.
Es el caso de un término muy llamativo en las provincias gallegas: "Furancho", una palabra que se utiliza para referirse a un lugar en el que comer o cenar (platos típicos gallegos) probando de paso el vino que resulta como excedente de una casa. En consecuencia, el surgimiento de este tipo de lugares tiene que ver con este vino que se elabora en un hogar rural.
Se trata de una tradición muy peculiar de Galicia y que destaca por combinar la venta de vino casero con la oferta de comida típica gallega en un ambiente rústico y acogedor.
¿Qué son los furanchos? Hay que tener en cuenta que originalmente, los furanchos eran pequeños establecimientos familiares donde los viticultores locales vendían el excedente de vino producido en sus propias cosechas.
En cualquier caso, estos lugres han evolucionado con el tiempo. Sin embargo, los furanchos siguen manteniendo su esencia tradicional y se han convertido en un símbolo de la gastronomía y cultura gallegas. En consecuencia, este término o expresión debe ser conocido por todo aquel que visite Galicia.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el principal atractivo de los furanchos es el vino, generalmente tinto o blanco. Se trata de un vino elaborado de manera artesanal en una bodega propia de una familia que es aquella que gestiona el lugar. En muchos casos, es un vino joven y sin embotellar, servido directamente desde las barricas.
En consecuencia, nos encontramos con que un furancho (también conocido como Loureiro) es lugar que se encuentra situado en una casa particular, concretamente, es una zona de la casa que se habilita para hacer las veces de taberna y que suele abrir solo durante determinados meses al año. Normalmente, de diciembre y junio.
Como ya se ha mencionado anteriormente, además de vino, en estos lugares se suele ofrecer platos típicos de la cocina gallega, que incluyen productos locales como empanadas, tortillas, lacón con grelos, chorizos, quesos, oreja de cerdo, pulpo a la gallega, entre otros. La comida se sirve en raciones para compartir.
Aunque en sus inicios los furanchos no estaban regulados, actulmente se han convertido en objeto de cierta normativa para controlar su actividad. En este sentido, en Galicia, existen normas que limitan la cantidad de vino que pueden vender y el tiempo que pueden estar abiertos al público. No obstante, estos establecimientos siguen manteniendo su estilo original.
Cabe destacar que la mayor parte los furanchos en Galicia se encuentra situados en la provincia de Pontevedra. En cualquier caso, también puedes encontrar alguno en A Coruña. Sin embargo, ya sería más raro encontrar este tipo de establecimientos en municipios de Lugo u Ourense.