Vencer al Athletic Club en su campo nunca ha sido una tarea sencilla y el Celta la ha superado con solvencia. El equipo de Coudet afrontaba su primera reválida ante un Garitano que en noviembre logró enderezar el rumbo bilbaíno, pero dos zarpazos en la segunda parte arrebataron la victoria a los leones y alumbran unas navidades optimistas para los vigueses.

El Chacho decidía repetir de nuevo el once que maravilló ante el Granada una semana atrás y con la misma idea de juego. Sin embargo, la contundencia defensiva del Athletic obligó a bajar el ritmo en la creación y solamente un pase filtrado de Aspas -quién si no- a Mina que Unai Simón interceptó a tiempo.

Respondió el conjunto bilbaíno con un centro de Iñaki Williams que por poco no logra anotar Muniain de tacón en un remate acrobático. Pese a su actividad superlativa, el capitán local estuvo muy seguido de cerca en todo momento y la defensa celeste fue capaz de secarlo a base de faltas.

La igualdad fue máxima en los 45 primeros minutos del encuentro, donde el Athletic apostaba por las jugadas trenzadas y el Celta trataba de aprovechar su velocidad en la salida de balón, sufriendo más en estático. Solamente Olaza y Vesga pudieron alterar el marcador, aunque ninguno de los disparos requirió la intervención de los porteros.

Tras el descanso y la obligada sustitución de Yuri por lesión, el Celta mantuvo la idea del primer tiempo. Murillo, en un partido claramente mejor que los anteriores, recibía en el minuto 52 una tarjeta amarilla que le impedirá jugar contra el Cádiz el próximo lunes.

Santi Mina celebra con Hugo Mallo el primer tanto. El capitán llevaba dos años sin anotar en Liga.

Al cumplirse la hora de partido, la fórmula funcionaba tras anular a Santi Mina un gol por un fuera de juego ajustado a pase de Aspas en el área pequeña. Tras un robo de Brais Méndez en campo propio, Denis y Aspas dirigieron de nuevo el contragolpe para que Hugo Mallo rematara en un segundo centro de cabeza. El capitán volvió a mostrar su mejor nivel y parece crecido tras sus problemas con Óscar García.

Ante la previsión de que el partido se volviera loco en la última media hora, Coudet apostó por dar descanso a Nolito y establecer una línea de cinco defensas con Aidoo. Esta vez al equipo no se le acabó la gasolina en la recta final del partido y pese a renunciar a la iniciativa, logró frenar en seco las emboscadas locales.

El equipo se sintió más cómodo en los contragolpes en un partido muy igualado

A diez minutos del final, una nueva carambola con mucho talento y trabajo táctico detrás sentenciaría el partido. En una jugada marca de la casa, Aspas se plantaría solo ante un Unai Simón que, en el despeje, le regala el balón a Brais Méndez. El canterano redondearía el partido asistiendo a Iago, quien supo estar una vez más en el momento adecuado con la elección adecuada. Tendría tiempo el delantero moañés para buscar el doblete antes de ser sustituido por Fran Beltrán, en una recta final del partido en la que entraría también Baeza por Brais Méndez.

El trabajado triunfo rompe una racha de casi tres lustros sin que el Celta venciera en La Catedral del fútbol, aunque a punto estuviera de hacerlo en la inauguración del Nuevo San Mamés en 2013 al perder por 3-2. Los pupilos de Coudet mantienen además unan curiosa estadística al no conocer la derrota desde 2015 en la semana que Vigo enciende su famoso alumbrado navideño. El Celta pone tierra de por medio con el descenso y mira con ilusión a un diciembre que, por lo de pronto, parece menos oscuro.

Jugadores y cuerpo técnico celebran la victoria en San Mamés, la cuarta en la historia del club.