Continúan los movimientos para reconfigurar la plantilla celeste en este mercado invernal. Tras el batacazo copero ante el Ibiza, el club ha decidido excluir a Costas y Sáenz de las dinámicas del primer equipo para acelerar su salida. Ambos jugadores tenían el cartel de transferibles en verano y su marcha será clave para la llegada de nuevos refuerzos.
De esta forma, David Costas (Redondela, 1995) y Jorge Sáenz (Tenerife, 1994) ya no podrán ejercitarse con sus compañeros de equipo ni acudir a las charlas del entrenador. La Asociación de Futbolistas Españoles ya se ha puesto en contacto con ellos para conocer su situación ante un posible incumplimiento de contrato y vulneración de derechos laborales.
Los dos defensas recibieron ofertas en el verano, cuando tampoco Óscar García contaba con ellos, pero prefirieron quedarse en Vigo a la espera de un finiquito o nuevas oportunidades, dentro o fuera del club. Mientras que la estancia de Sáenz, involucrado en el intercambio Santi Mina-Máxi Gómez, puede considerarse irrelevante; llama la atención el caso de David Costas. El canterano debutó en 2013 con Luis Enrique y aunque tiene contrato hasta 2022, ha vivido hasta cuatro cesiones.
El último jugador que vivió una situación similar fue Claudio Beauvue. El delantero no contaba para el club tras sus cesiones en Leganés y Caen y así se lo hicieron saber, situando por delante de él al alemán Dennis Eckert, jugador del filial que apenas disputó un puñado de minutos en esa etapa. Tras una lesión y no entrar en ninguna convocatoria, en enero de 2020 ficharía por el RC Deportivo de La Coruña sin coste, convirtiéndose en un ídolo de la afición herculina.
Una medida de presión contra las no-renovaciones
Si bien en los casos de Sáenz, Costas y Beauvue se trata de motivos deportivos, el Celta comenzó a aplicar hace tres años un código rojo con algunos jugadores que se negaban a renovar. Este fue el caso de otro canterano como Jonny y jugadores contrastados como Sergi Gómez o Radoja. Los dos primeros fueron apartados en la primera semana de la pretemporada 2018-2019 al negarse a renovar por una temporada más, y a los pocos días serían vendidos al Atlético y Sevilla respectivamente.
Ambos jugadores estaban representados por la agencia Stellar Group, con la que el Celta mantenía una tensa relación, y a la que se uniría Nemaja Radoja un año después. El serbio pasó un año entero en Vigo sin entrar en ninguna convocatoria por órdenes directas del club. El Celta contó con la oposición de la AFE y temió una posible inspección de Trabajo al vulnerar los derechos del futbolista, pero la situación transcurrió sin mayores problemas al aceptar el jugador su status. Radoja fichó por el Levante, con el que acumula 41 partidos en año y medio.
Posible viaje inverso para Rubén Sobrino
Mientras, el Celta continúa con la búsqueda de un delantero centro, una incorporación que no pudo cerrarse en verano ante las exigencias de Óscar García Junyent. Las conversaciones con el Valencia han derivado en la posible cesión de Rubén Sobrino, quinto delantero ahora mismo del club che.
Las buenas relaciones históricas posibilitarían este nuevo intercambio de cromors. El jugador de 28 años que apenas ha disputado 45 minutos en Liga este año, ha anotado 6 goles en sus últimas tres temporadas. De esta forma, se uniría a un listado de jugadores como Mazinho, Karpin o David Silva que ya cambiaron el Turia por el Lagares en los últimos 20 años.