Se preveía un menú intenso para el deadline day y se quedó en plato recalentado. El Celta cierra el mercado de fichajes con dos salidas anunciadas durante días, pero con menos incorporaciones de las previstas. En un intervalo de cuatro horas el club despedía a Okay -hasta junio- y Lucas Olaza, mientras que daba la bienvenida al Chuky Ferreyra.

Si bien es cierto que Carlos Mouriño ha realizado un buen mercado a nivel económico y la situación no permitía grandes incorporaciones -como si ocurrió el invierno pasado- se agrava un problema ya presente en verano y que ya provocó desencuentros con Óscar García y Eduardo Coudet, y es que sobre el papel la plantilla ha ido empeorando desde la agónica salvación de julio.

Facundo Ferreyra, tan necesario como dudoso

Facundo Ferreyra fue presentado esta misma noche por Carlos Mouriño y lucirá el 12.

Finalmente desde Lisboa solamente llegó el refuerzo para la delantera: Facundo Ferreyra. El jugador, que lucirá el dorsal 12; regresa a la Liga española tras descender contra el Espanyol la pasada campaña. Entre el celtismo la noticia se ha recibido con escepticismo, incluso algo de cabreo tras conocerlo por correo electrónico, ya que solamente ha anotado 3 goles en los últimos tres años. El delantero de 29 años firma hasta final de temporada con el objetivo de mejorar las cifras de Smolov, Boye, Beauvue o Welliton.

Prensa y afición contuvieron la respiración durante todo el lunes mientras el Benfica no anunciaba su convocatoria para el derbi de hoy. Jorge Jesús frenaba la salida de Franco Cervi hace unos días y su inclusión en el once hoy eliminaba cualquier posibilidad de traspaso. El caramelo del fichaje del extremo parecía justificar la salida de Olaza, dada la situación extracomunitaria de ambos. Sin embargo, el argentino finalmente continuará en la liga portuguesa y el Celta podría disponer de hasta dos vacantes en ese puesto si Renato Tapia finaliza los trámites burocráticos, una situación impensable en verano.

En una operación salida desastrosa, el club también veía marcharse a Okay Yokuslu rumbo al West Brom Albion, como se anunció la semana pasada. La operación, pendiente hasta ahora de los últimos visados, es beneficiosa para todas las partes en su conjunto, pero también resta al Celta de pulmón en su mediocampo. En vista de la publicación del internacional turco en sus redes sociales, podría tratarse de un adiós definitivo pese a su condición de cedido hasta junio. También han fracasado la salida de David Costas, Jorge Saénz o David Juncá y deberán abordarse en verano junto con los casos de Jozabed, Emre Mor o el Toro Fernández.

La despedida de un celtista de Olaza

No por anunciada ha sido menos emotiva ni ha evitado cabreos. La página web de La Liga anticipaba el fichaje a las 19 horas, al darlo de baja el Celta. Dos horas después, el jugador publicaba un conmovedor hilo en Twitter que levantaba el aplauso de toda la afición.

En ese momento el celtismo reconocía la profesionalidad de un joven uruguayo que llegó al filial celeste en 2015, y que tres años después -previo regreso a Boca- debutaría por fin con el primer equipo para tener un papel clave durante #ANosaReconquista y las dos temporadas siguientes. Difícil señalar un nombre que haya rendido igual y de forma tan constante en este tiempo, incluso con dos negociaciones por su fichaje de por medio.

Jugadores mejores que el lateral hubo y habrá en el club, sin duda. También más comprometidos y seguro, menos. Lo que parece llevar peor la afición es que este tipo de tratos comienzan a ser la tónica general, como se vio con Radoja o David Costas. Porque más allá de reforzar a un rival directo como el Valladolid o las dudas que genera Aaron Martín para la segunda vuelta hay un problema mayor: se sigue minando a la afición, el activo más valioso del club. El tiempo dictará sentencia.