La Eurocopa 2020 cerraba el telón coronando a Italia como reina del viejo continente ante Inglaterra, en un torneo donde el celtismo ha pasado por todos los estados de ánimo posibles.
En el cuadro de honor finalizaba la Dinamarca de Daniel Wass y Mathias Jensen, injustamente eliminada en semifinales ante los británicos. Un penalti en la prórroga impedía que la selección nórdica repitiera la machada de 1992. Y en el caso de los dos atacantes, les dejaba a las puertas de entrar en un selecto club de la historia celeste: el de aquellos jugadores que alzaron este trofeo.
David Silva: España 2008 y 2012
El canario encabeza esta particular lista, siendo además el único que ganó la Eurocopa después de jugar en el club vigués. En Balaídos comenzó a despuntar como futuro crack mundial, aún en propiedad del Valencia CF y tras jugar el Mundial Sub-20 de 2005; donde anotaría 4 goles antes de caer eliminado en cuartos por la Argentina de Messi, Agüero o Cabral.
En Vigo solamente jugaría una temporada cedido, pero dejó un recuerdo imborrable en 38 partidos. Sus 4 goles -más uno de gol olímpico contra el Real Madrid no validado- y 4 asistencias ayudaron al Celta a regresar a competiciones europeas tras conseguir el ascenso. Años después, Fernando Vázquez confesaría que tuvieron opción de ficharlo, pero Horacio Gómez no daría el paso definitivo.
El Mago de Arguineguín se convertiría en un fijo de Luis Aragonés ya en el Mundial de Alemania 2006 y dos años después sería un pilar fundamental de "La España de los Bajitos" que cautivó al viejo continente con su fútbol. En la cita de Austria y Suiza cerraría la exhibición de semifinales ante Rusia con el definitivo 3-0, jugando 443 minutos antes de levantar el trofeo en Viena.
Tras ganar el Mundial de Sudáfrica y ya como líder del Manchester City, tendría un papel aún más determinante en la reválida de 2012. En Polonia y Ucrania jugaría los 6 partidos y marcaría ante Irlanda en fase de grupos además de abrir la lata ante Italia en la final de Kiev.
Dimitrios Papadopoulos y Zisis Vryzas: Grecia 2004
El milagro griego del 2004 tendría aún más sabor celeste. En la selección de Otto Rehhagel que aguó la fiesta a Portugal tendría un papel importante Zisis Vryzas, quien ficharía nada más acabar el torneo tras jugar íntegros 5 partidos -todos salvo los cuartos- y anotar un gol ante Rusia.
Vryzas llegaría desde Italia aún con la medalla de campeón continental colgada del cuello. Después de 3 buenas campañas con el Perugia la Fiorentina se hacía con sus servicios en enero de 2004, logrando el ascenso a la Seria A con el equipo de Florencia.
Sería cedido a un Celta que buscaba su regreso a Primera. 33 partidos, 2331 minutos y 7 goles fueron su balance antes de conseguir el ascenso. Pese a contar con una opción de compra, a sus 31 años no siguió en la ciudad y deambuló por Torino y la liga griega antes de retirarse en 2008.
Más recordado es el nombre de Dimitrios Papadopoulos. El delantero nacido en Uzbekistán era el más joven del combinado heleno pero lograría asistir de una espectacular chilena a Vryzas ante Rusia y entraría por él en los últimos minutos de la final. Y tras ser uno de los grandes delanteros de la liga griega, probó fortuna en Vigo.
El bueno de Dimitrios debutaría con un gol ante el Ourense el 2 de febrero de 2010 en un amistoso. Pero a sus buenas sensaciones en los 14 partidos con Eusebio, nunca llegaría a marcar un gol en partido oficial con el Celta. Y es que pesa a su gran voluntad y profesionalidad, no pudo celebrar ningún tanto con una afición que acabaría cogiéndole cariño.
Ya con Paco Herrera en el banquillo, en enero de 2011 dejaría una curiosa frase para la posteridad: "me siento como un perro que está fuera de casa mientras el míster está cómodo y con sus gatos dentro de casa". Con algunas cesiones de por medio, Papadopulos dejaría de ser oficialmente jugador del Celta después del ascenso a Primera en verano de 2012.
En abril de 2018 visitaría de nuevo las instalaciones del club y se reencontraría con Iago Aspas, Sergio Álvarez y Hugo Mallo. Los tres únicos supervivientes de su etapa, de los que aseguraba que eran "sus compañeros para siempre".
Makelele, a las puertas del cielo por partida doble
El Celta podría haber logrado un curioso pleno en el comienzo del nuevo milenio en esta competición. Claude Makélélé debutaría con la selección francesa pocos meses después de que los blues se alzaran con la Eurocopa de Países Bajos y Bélgica en el año 2000.
En ese momento, el mediocentro defensivo ya había sido traspasado al Real Madrid por 14 millones de euros -el más caro hasta Nolito en 2016- tras 86 partidos en Vigo en dos temporadas, formando una medular legendaria con Mazinho, Karpin, Mostovoi o Giovanella. Con el EuroCelta marcaría seis goles, siendo el más recordado el anotado a los 27 segundos contra la Juventus
Ya como internacional y madridista, participaría en los fiascos de la selección gala en el Mundial 2002 y la Euro 2004, donde caería ante la Grecia de Vryzas y Papadopoulos en cuartos de final. Dos años después, volvería a quedarse a las puertas de la gloria al ser subcampeón del mundo en el Mundial de Alemania.