Era un secreto a voces desde el pasado sábado, pero este jueves por fin llegaba la confirmación oficial: Emre Mor no volvería a vestir la camiseta del Celta. Un quebradero de cabeza menos para directivos y aficionados por lo complicado de la operación.

El segundo fichaje más caro de la historia del club abandonaba Vigo cedido a un equipo turco cuando aún le queda un año de contrato. Y es que pese a las dos cesiones al Galatasaray y el Olympiakos, el turco-danés no ha hecho más que devaluarse. A su vez, y a la espera del futuro de su compatriota Okay Yokuslu, Felipe Miñambres corona su Operación Salida particular.

Pero, ¿qué pasó antes? ¿En qué momento se torció una apuesta tan fuerte y que tan pocos réditos dejó como para celebrar esta marcha? Esta es la historia de una renuncia, la de Emre Mor a ser el jugador que todos esperaban que fuera. Pero también la de una ruina económica de casi 20 millones de euros entre fichaje y su salario de unos 2 millones de euros anuales brutos.

Un Golden Boy celeste

Su fichaje en el verano de 2017 ilusionaba al celtismo como pocos lo hicieron antes. La fuerte inversión de 12’5 millones y su buen cartel con el Borussia lo convertían en el tipo de incorporación que pedía la afición desde hacía años y que podía hacer olvidar el mal trago final de la temporada 2016/17.

Ese mismo año finalizaba en 8ª posición como el mejor futbolista del fútbol europeo menor de 21 años. En el Golden Boy de 2017 la revista italiana Tuttosport galardonaba a un jovencísimo Kylian Mbappé que ya asombraba en el Mónaco por delante de Dembelé o Marcus Rashford, verdugo del Celta con el Manchester United.

El cuadro de honor lo completaban otros nombres que sí llegaron a la élite como Gabriel Jesús (Manchester City), Gianluigi Donnarumma (Milan y ahora PSG) o Christian Pulisic (Borussia Dortmund y ahora Chelsea).

Pero esa proyección no llegaría a materializarse. En los tres temporadas que ha jugado con la camiseta celeste apenas ha disputado 2.000 minutos, dejando dos goles y cuatro asistencias. Y es que cada vez que tenía una actuación notable, rápidamente caía lesionado o volvía a un nivel que le alejaba del once titular.

Apartado por Unzué, Mohamed y Miguel Cardoso

Pronto comenzó a generar más titulares fuera de los terrenos de juego que dentro. El 6 de abril de 2018, Juan Carlos Unzué decía basta -por primera vez- y lo apartaba del grupo por indisciplina, además de aplicarle una sanción del régimen interno del club.

Ese mismo verano "El Turco" Mohamed trataría de rescatarlo para su causa dándole confianza y cariño, pero ya a finales de agosto declaraba que "no puede meterse en la cabeza de él". Tras su marcha, su sucesor Miguel Cardoso iba más allá y en enero volvía a aplicar el régimen del club antes de enviarlo cedido al Galatasaray.

"El trono" y otros encontronazos en Instagram

Pero donde dejó más momentos "estelares" fue a través de su perfil de Instagram. La más recordada sin duda alguna es su foto en el "trono" que se personalizó para su casa en Moaña, en el que aparecía su dorsal en diamantes y la camiseta del Celta.

La publicación causó críticas antes de ser borrada

La afición reprocharía su actitud antes de que la borrara la publicación, aunque. Cada pretemporada eran habituales imágenes suyas entrenando y luciendo una mejor forma física, aunque nunca llegó a materializarla en el césped. También usaría sus redes para defenderse tras la segunda sanción de Unzué en el mes de mayo, respondiendo que "siempre hay dos versiones".

Ya en plena temporada 2020/21 en uno de los pocos encuentros en los que Óscar García Junyent lo alineó, aseguraba que "cuando un león quiere ir a cualquier sitio, no se preocupa por cuántas hienas hay en su camino”, cargando contra sus haters.

Lesiones y molestias hasta la salida final

Una de sus últimas imágenes con la camiseta del Celta fue en el naufragio copero ante el Ibiza el pasado 8 de enero, tras despuntar en la ronda anterior ante el Llarena. Después, sería uno de los más destacados en el Benito Villamarín e incluso dejaría una buena primera parte contra el Eibar en Balaídos en la jornada 20.

Ante el modesto Llarena anotó su segundo y último gol como celeste Alberto Brevers

Pero tras ser sustituido por vómitos en el descanso, no volvería a jugar ni un solo minuto como celeste y solamente sería convocado para los tres siguientes encuentros. Desde el mes de febrero estuvo tratándose en Dubai una pubalgia que nunca curó al 100% y en la recta final de la temporada, con la Chachoneta a pleno rendimiento peleando por Europa, lucía un cartel de transferible al margen del grupo.

Incluso este verano fue apartado del stage en Marbella, realizando ejercicio físico en solitario en Vigo mientras se hospedaba en un lujoso hotel de la ciudad. Durante esos días tampoco abandonaría sus clásicos stories diciendo que trabajaba para volver más fuerte que nunca. Algo que, por suerte o por desgracia, no será aquí.