En Primera División los errores se pagan, incluso cuando no llega a ser una jugada entera. El Celta se vio lastrado una vez más por una mala acción defensiva en un partido donde tuvo el balón y la valentía, pero no las ocasiones ni la suerte. El Athletic se iba de Balaídos con tres puntos y varios minutos de tiempo de juego con el balón sin rodar.

Salía Coudet con el que debía ser ahora mismo su once de gala a la espera del acople total de Cervi o Solari. Además, el banquillo se reforzaba con Galhardo. En las gradas, ambiente sobresaliente ante el regreso de varios miles de aficionados tras otro polémico reparto de entradas, con reventa incluida.

Comenzaba el Celta intentando imponerse los primeros 20 minutos con Javi Galán rememorando las jugadas que dejó el lunes en El Sadar y Brais Méndez y Denis combinaban sin poder traspasar los tres cuartos de campo. Y aunque la defensa aguantaba con solvencia el empuje bilbaíno, una mala jugada de Aidoo tras la pausa de hidratación decidiría el encuentro.

El central, que afrontaba toda una final a nivel persona, erraba un control que aprovechaban los de Marcelino para adelantarse. Iñaki Williams se zafaba de la presión en el área pequeña y anotaba el 0-1 que dejaría a los celestes aturdidos antes del descanso, aunque no noqueados.

A la vuelta de los vestuarios a punto estuvo de sentenciar el encuentro el Athletic. De nuevo Iñaki Williams batía a Dituro aunque en esta ocasión Mateu Lahoz hacía caso a las protestas de los celestes y, tras revisarlo en el VAR, lo anulaba por un manotazo de Berenguer a Denis Suárez.

Esta acción insuflaría ánimos a los celestes que empezarían a tener una mayor posesión en medio de las constantes pérdidas de tiempo de los leones. Sin embargo, ni Santi Mina ni Iago Aspas encontrarían la forma de sobrepasar a sus defensores y apenas pudieron tirar a puerta.

Coudet movía rápidamente el banquillo con la entrada de Fran Beltrán y Franco Cervi por unos Denis y Nolito que no tuvieron su mejor tarde. En esta ocasión la segunda unidad sí que funcionaría, destacando especialmente el papel del mediocentro cuando el Chacho daba retiraba a Aidoo por Galhardo a 15 minutos del final y lo dejaba casi como segundo central.

Javi Galán como carrilero y creador, Solari como interior o Cervi lo intentarían por todos los medios mientras los titulares aducían una falta de gasolina importante en la recta final.

La telaraña blanquiazul funcionaría y a través de los hermanos Williams o Raúl García lograrían dormir el encuentro en sus compases finales. Los vascos trataban de coger por sorpresa en velocidad a la defensa de Araujo y Aidoo, que resolvieron el papel como buenamente pudieron.

El Celta se marcha al parón de selecciones con solo un empate y un gol de penalti en su casillero, aunque mostrando un crecimiento notable en partidos complicados. Al término del partido, Hugo Mallo recibiría un pequeño homenaje por sus 400 partidos oficiales con la camiseta celeste.