Golpe de realidad al Celta B tras una pretemporada nefaste por no decir inexistente. El filial fue un muñeco en manos de un Deportivo crecido en su debut en Primera RFEF y con el empuje de 10.000 abonados. Dos goles antes de los veinte minutos dejaron noqueados a los de Onésimo, que no llegaron a inquietar la meta rival y se dejaron llevar en la recta final.
El Celta B regresaba al estadio coruñés con la esperanza de repetir la machada del pasado diciembre pero con pocos supervivientes. Pampín, Alfon o Holsgrove eran los pilares de una alineación de debutantes.
Ante unas bancadas que empujaban como si de un derbi se tratase, el Celta no tardó en sucumbir. Antes del cuarto de hora un mal pase de Gaizka lo aprovechaba Miku para revivir los fantasmas de Barreiro. El delantero venezolano superaba a toda la defensa para estrenar cómodamente el marcador.
Cinco minutos después, el debutante Alberto Quiles volvía a adelantarse y con el dos a cero dejaba seriamente tocada a los vigueses, que trataban de llegar al arco rival pero veían como los blanquiazules generaban con mucha más facilidad.
Jordan Holsgrove, uno de los pocos que hoy haría méritos para volver con el primer equipo, lanzaría una buena falta que intentó cazar Carlos Domínguez de volea tras un rechace de Makaay.
A la vuelta del descanso el Celta lo intentaba con un inspirado Jordan, pero el escocés no tenía regate para llegar a zona de peligro. En el segundo tiempo el Depor buscaría salir a la contra, entregando el peso del partido. Aunque Onésimo trató de meter una marcha más con un triple cambio, solamente Cedric inquietaría a la zaga de Borja Jiménez.
Media hora final a merced de un Depor eufórico
Saldría también Gabri Veiga por Pampín por buscando un revulsivo, pero a 20 minutos del final llegaba la sentencia. Carlos Menudo metía el golazo de la jornada desde la frontal del área, inalcanzable para un Gaizka con más dudas que certezas en su debut con la celeste.
A diez minutos del final y tras una ovación a Noel en los últimos cambios, Doncel anotaba el cuarto gol que llevaba al delirio a los locales. En la siguiente jugada Holsgrove trataba de culminar una buena contra, pero Ian Makaay demostraba ser un portero diferencial para esta categoría.
Ya en el añadido, Noel lograba superar a Gaizka tras un balón en largo para certificar la manita y ganarse el aplauso unánime de un Riazor que tiene nueva hornada de ídolos gracias al título de los juveniles.