"La unión hace la fuerza no es un simple proverbio". Así comienza su comunicado de agradecimiento a la afición el RC Celta después de que "el calor de la afición empujara el buen juego" de los de Coudet. Sin embargo, esta consigna poco tiene que ver con el primer mensaje compartido desde el club.

En la versión original publicada el viernes, el club dedicaba más líneas a cargar contra la reforma de la Grada de Tribuna que en agradecer el esfuerzo de los 8.762 espectadores presentes. El texto, que fue sustituido el sábado, rezaba lo siguiente:

Se acomodaron en sus mojados asientos y se entregaron, bajo la lluvia, a animar, empujar y alentar a un equipo que se vació, sin premio, en busca de la victoria.



El RC Celta quiere expresarles su más sincero agradecimiento por el apoyo ofrecido, por el empeño mostrado para superar las dificultades de esta jornada entre semana y por haber soportado, con las fuerzas necesarias para apoyar al equipo sin descanso, un día en el que los paraguas protagonizaron el paisaje en algunas gradas.



El aspecto mostrado por la grada de Tribuna resulta tan incomprensible como triste y descorazonador en un graderío nuevo y ya acabado, con los aficionados buscando refugio bajo paraguas e impermeables mientras ponían todo su empeño en animar a un equipo que derrochó coraje y buen juego sin recompensa.

El club subió el precio de las entradas para esa grada

El cabreo entre la afición es considerable, ya que Tribuna es la grada más moderna del campo y a la vez más cara. Además, para sus dos sectores -Alta y Baja- el Celta subió el precio de las entradas hasta los 60 euros en este partido.

Lo cierto es que la lluvias laterales son el peor enemigo de los aficionados a orillas del Lagares. El viento provocó que, mientras en Río Bajo la grada de animación alentara sin problemas, en Tribuna la gente buscaba refugio como podía. Solamente en los minutos finales del encuentro y tras un cambio en el viento predominante comenzaron a aparecer las primeras capuchas.

Contra el Granada, con una entrada similar, aún se guardaba la distancia de seguridad

Desde el Concello se ha defendido siempre que hasta que no se finalice la reforma completa no se estará a salvo de las inclemencias, algo que la experiencia en otros estadios tampoco garantiza. En 2016, el Athletic Club tuvo que invertir 13 millones de euros en prolongar la cubierta del Nuevo San Mamés y a día de hoy algunas localidades aún se ven afectadas en una ciudad con 124 días de lluvia al año, cinco menos que Vigo que es la quinta en el ránking nacional.

La Tribuna de la discordia

No es la primera vez que la entidad presidida por Carlos Mouriño carga contra la reforma de la grada de Tribuna. Aunque en 2014 el presidente se ofrecía a pagarla íntegramente y tenerla lista en dos años, el convenio acordado con Concello y Deputación fijaba que el club solamente se haría cargo de la nueva Preferencia -actual Tribuna Baja- y los interiores.

En marzo de 2020, antes del estallido del coronavirus, el club desmenuzaba los atrasos y errores del proyecto de reforma -que no estará terminada, como poco, hasta 2025– calificándola de "chapuza".

Los enfrentamientos entre ambas entidades han ido en aumento en los últimos años, llegando incluso a la vía judicial. La reforma de la grada de Tribuna supuso un coste de 5’2 millones de euros.