La llegada de Xavi Hernández al banquillo del Barcelona parecía uno de esos acontecimientos que marcan un antes y un después en la historia del fútbol. Montajes con Cruyff y Guardiola como maestros comenzaron a proliferar desde la noche del viernes. Por desgracia, el ex-entrenador de la liga catarí no pudo estrenarse ante el Celta, donde habría encontrado un valioso ejemplo en el que reflejarse.

En el descanso del partido de este sábado, numerosos periodistas y seguidores culés afirmaron que ya se notaba el "efecto Xavi". Dos palabras que se sucedían en titulares y análisis entre apretones de manos y sonrisas; aunque el de Terrasa ni estaba ni se le esperaba en Balaídos.

El resultado, a estas alturas, ya es conocido por todos. Las lesiones de Ansu Fati y Nico González –quien despertó las mismas pesadillas que su padre en el coliseo celeste– así como la acertada entrada de Fran Beltrán y Cervi propiciaron una remontada inaudita en Balaídos en los últimos 75 años.

El Chacho cambió un proyecto ganador por el peor Celta de la década

Este 9 de noviembre se cumple un año desde la destitución de Óscar García Junyent del Celta. El -hasta la fecha- último entrenador con ADN Barça del club entregaba dejaba al Celta casi colista y con sus jugadores más importantes -Denis, Brais Méndez, Hugo Mallolejos de su mejor versión.

En ese momento, Carlos Mouriño volvía a sincronizar su calendario con los celtas y en esta ocasión apostaba por un ex-jugador, sudamericano y con carácter ganador. Eduardo Coudet recorría el mismo camino que hizo Berizzo seis años antes para entregarse a la causa.

Lo hacía además dejando atrás el proyecto del Internacional de Porto Alegre, al cual tenía líder del campeonato brasileño 11 meses después de su llegada. Hoy, sus resultados y su trabajo en Vigo avalan la decisión de ambas partes, hasta el punto de convertirse en uno de los iconos más queridos por el celtismo.

A la tercera fue la vencida en Barcelona

Esta predisposición y deseo para venir, conjugando Afotueza para llevar a un Celta colista y bastante corazón, contrasta notablemente con la del centrocampista catalán. Tanto Bartomeu como Laporta habían intentado durante los dos últimos veranos "repatriar" al que fuera Balón de Bronce entre 2009 y 2011.

Sin embargo, Xavi prefirió mantenerse en el Al-Sadd catarí donde se alzó cómodamente con todos los títulos nacionales. En este tiempo, también ha servido como embajador del país de cara al Mundial del próximo invierno, lo que le ha valido numerosas críticas por las violaciones de derechos humanos en el mismo.

Sin un Giggs, Rooney, Lampard, Gerard o Pirlo español

Esta situación contrasta con la de sus contemporáneos sobre el terreno de juego. Ryan Giggs y Wayne Rooney han llegado a ejercer de jugador-entrenador en Manchester United y Derby County. Y aunque Steven Gerard aún se está fogueando en el Rangers escocés, Frank Lampard y Andrea Pirlo ya saben lo que es no lograr a sus objetivos en Chelsea o Juventus.

Giggs, Lampard o Pirlo no tuvieron miedo al fracaso cuando sus equipos los necesitaron

En Primera División, solamente Andoni Iraola podría acercarse a esta condición. Después de 12 temporadas en el Athletic, colgaba las botas en el New York City en 2016, coincidiendo con los ya citados Pirlo o Lampard. Tras dos temporadas en el AEK Larnaca chipriota, comenzaría a despuntar en el Mirandés antes de conseguir convertir al Rayo en uno de los equipos de moda.